Según la tradición del Antiguo Egipto, cada persona debía ser juzgada al final de su vida. Durante su viaje al más allá, su corazón sería puesto en una balanza y pesado en comparación con una pluma de avestruz (símbolo de la diosa Matt, representante de la justicia, la ley y la armonía). Si el corazón tenía mayor peso que la pluma significaba que el individuo cargaba demasiadas culpas por sus malas acciones en vida y no era merecedor de cruzar al más allá y debía ser devorado por la diosa Ammit. Pero si su corazón era liviano, entonces no tenía deudas que pagar y estaba preparado para renacer.