En la cooperativa 24 de Octubre de Mapasingue Este hay intermitencia en el servicio de agua potable. Según moradores, desde el 17 de abril, hay cortes de hasta 12 horas durante y después de las desconexiones establecidas por la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL).

En la casa de Rosa Vera, en ese sector, hasta las 17:00 del viernes no había dotación de agua. En su casa, la luz regresó a las 12:00 y si bien le habían mencionado que el servicio se retomaría en una o dos horas después, este horario no se cumplió.

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“Tenemos agua en baldes y estamos abriendo en casa a ratos la llave para ver si sale algo de agua, pero nada”, dijo Vera.

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La falta de líquido ha afectado su rutina diaria. No ha podido usar la lavadora, o lavar los platos, tampoco atender en su puesto de asados que tiene en la parte frontal de su vivienda.

David Cruz, quien vive en la cooperativa Luz de América, en esa misma zona del norte de la urbe, dijo que la interrupción del servicio de agua potable ha llegado a las 15 horas en su cuadra.

En esta semana, la dotación de líquido se suspendió incluso horas antes de la desconexión programada.

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Cruz tiene cortes de luz de 08:00 a 12:00 y luego de 21:00 a 00:00. El pasado miércoles no tuvo agua desde las 05:00.

“Se nos va a las 05:00 y regresa a veces a las 20:00 y justo antes de que ya se venga el otro corte. Y esa agua que llega es turbia y sale en un chorro sin fuerza”, dijo.

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En zonas altas como Urbanor, Urdenor y Mapasingue, hay sitios con problemas de dotación de agua por los apagones. Foto: José Beltrán

En su barrio han optado por recoger agua en baldes pequeños o movilizarse hacia casas de familiares para bañarse. La mayor parte de las viviendas en la zona no tiene tanque elevado o cisterna.

Un factor que tampoco les ha permitido reservar el agua en los patios es la lluvia. La última precipitación que cayó el pasado jueves ensució el agua que tenían almacenada en envases.

La cooperativa Esperanza sufre del mismo problema desde que se iniciaron los cortes programados a escala nacional por la crisis energética.

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“Aquí es doble problema, una cosa es vivir sin luz, otra estar sin agua y sin luz, no se puede estar así, es horrible”, dijo el propietario de una lavadora de carros en esa cooperativa.

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Él, por ejemplo, ha perdido casi el 80 % de sus ingresos por los cortes de energía que se derivan en cortes de agua. El pasado viernes, junto a sus dos trabajadores, optaron por sentarse a esperar a que lleguen los dos servicios.

“No nos queda más que esperar y tener fe en que de alguna manera nos van a solucionar al menos lo del agua”, señaló.

Otras zonas como las cooperativas Feraud Blum, El Cóndor y Andrade Fajardo registran problemas en la dotación de líquido desde el 15 de abril. Estas zonas están ubicadas en la parte alta del cerro de Mapasingue.

Los usuarios han hecho eco de sus quejas en redes sociales desde el inicio de los apagones. En la plataforma X se reportan problemas en el servicio de agua en zonas como Colinas de Urdenor, Urbanor, Juan Montalvo y Bellavista.

En Guayaquil, según la concesionaria Interagua, hay zonas susceptibles a cortes de agua potable durante los racionamientos eléctricos.

El tiempo de restablecimiento del servicio puede ser de hasta dos horas. Interagua indicó que estos son sectores altos y zonas que dependen de la impulsión del agua. Mapasingue es una de ellas.

También se menciona a Pancho Jácome, 9 de Enero y Colinas del Hipódromo, zonas que ya se han afectado por los cortes.

Según la concesionaria, algunos sectores de la ciudad podrían experimentar falta de agua potable durante los cortes del servicio eléctrico.

Otros, por las condiciones irregulares del terreno donde se asientan, podrían tener un desabastecimiento que se prolongue más allá del momento del restablecimiento de la energía debido al tiempo adicional que se requiere para la puesta en marcha de los equipos de bombeo y sistemas de distribución.

Para evitar desabastecimiento de líquido por afectaciones a estaciones de bombeo se anunció la compra de generadores para ocho sectores. Esto como medida de contingencia para afrontar la emergencia eléctrica que vive el país. La inversión sería de unos $ 250.000. (I)