En varias áreas se alista el Ministerio de Salud Pública ante los posibles estragos que generaría el fenómeno de El Niño en Ecuador.

Para ello, el ministro del ramo, José Ruales, compartió los avances y medidas de contingencia que ejecutan para dar mantenimiento a centros de salud, abastecimiento y planes que aplicarían en centros de salud por inundaciones.

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Asimismo, el funcionario de Estado habló sobre posibles modificaciones que tendría la vacunación contra la influenza en caso de ser necesario, por el evento natural.

¿Qué acciones específicas están encaminando en el tema de salud para enfrentar este fenómeno de El Niño?

Hemos desarrollado ya un plan para enfrentar el fenómeno de El Niño, articulado con la Secretaría de Gestión de Riesgos. Este plan tiene cinco componentes.

El primer componente se refiere a las intervenciones sobre la infraestructura que tiene riesgo por las inundaciones, por los deslizamientos de tierra. Son alrededor de 660 instalaciones entre centros de salud y hospitales que están ubicados en zonas de la costa o de las estribaciones de la cordillera que podrían sufrir inundaciones, deslizamientos o quedar aisladas debido a problemas en la infraestructura vial, etc.

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Para ello, la primera intervención es sobre la mitigación de los posibles riesgos. El trabajo en canalización, drenajes, alcantarillas para evitar las inundaciones, en algunos casos muros de contención, trabajo en cubiertas para evitar que pueda ingresar el agua, de tal manera que las instalaciones no sufran y puedan mantenerse operativas. Lo estamos haciendo con recursos de mantenimiento del ministerio. Tiene un costo aproximado de $ 6 millones.

En segundo lugar, estamos trabajando en la identificación y capacitación de las posibles enfermedades o problemas que se van a presentar. ¿Cuáles son estas? Las enfermedades vectoriales, las transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, como el dengue, que pueden incrementarse con las lluvias y la presencia de criaderos de mosquitos. Las inundaciones o el agua estancada, que también puede generar enfermedades, especialmente por la presencia de roedores, ratas, y pueden transmitir la leptospirosis, o las inundaciones van a contaminar el agua debido a la presencia de aguas negras, que al inundarse pueden contaminar fuentes de agua y pueden producir enfermedades diarreicas, salmonelosis o enfermedades por la presencia de Escherichia coli.

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Fumigación contra el dengue por parte del Ministerio de Salud. Cortesía.

Por último, también podemos observar incremento de mordeduras de serpiente, de picaduras de alacrán, especialmente en zonas rurales que se inundan, porque estas especies también migran a zonas secas y, por lo tanto, pueden encontrarse con humanos.

Una vez identificado, necesitamos haber capacitado, que es lo que estamos haciendo ya a los médicos, enfermeras sobre el manejo, la detección y el tratamiento de dengue y de otras enfermedades. Estamos ingresando ahora en este mes de septiembre cerca de 5.000 profesionales rurales que están yendo muchos a estas zonas y tienen que ser también capacitados y recibir la información necesaria.

Estamos generando medidas con la comunidad para, por ejemplo, reducir, eliminar los criaderos de mosquitos. Los Aedes aegypti pueden crecer en cualquier recipiente y depósitos de agua que se mantienen dentro del hogar. Es muy importante el trabajo con la comunidad para destrucción de criaderos.

Y por último, el trabajo de prevención en los temas de insumos, de insecticidas, de larvicidas, la dotación de motomochilas, de fumigadoras, de tal manera de estar preparados en el caso de que se presenten estos riesgos.

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¿Para cuándo se espera tener listo todo este plan y de cuánto estamos hablando de inversión por parte del MSP?

El plan está listo; ya fue presentado el mes de agosto a la Secretaría de Riesgos y Emergencias a nivel nacional y el COE nacional. Estamos presentándolo también a nivel provincial, de tal manera de articularnos con los COE provinciales o cantonales, dependiendo del caso.

El monto total requerido para la etapa de preparación y la mitigación de algunas estructuras es de $ 21 millones, lo que se está financiando con recursos del Ministerio de Salud en los diversos rubros de infraestructura, mantenimiento, equipamiento para fumigación, los insecticidas del proyecto de control de vectores y los medicamentos e insumos, especialmente laboratorio.

¿Hay planes de contingencia en caso de que haya una saturación de los servicios médicos, centros de salud, hospitales?

Tenemos dos tipos de planes de contingencia. El uno es en caso de que haya alguna afectación que no permita la operación de un centro de salud o un hospital, especialmente en los centros de salud que están en zonas inundables o que toda la ciudad está en una zona de riesgo. Hemos identificado los lugares en donde podríamos evacuar y funcionar en contingencia, ya sea una casa comunal, una escuela, etcétera. Están ya identificados, y todos los centros de salud que están en ese riesgo tienen que preparar un plan de contingencia para ese caso.

En el caso de unidades hospitalarias más grandes, tenemos la capacidad de la movilización de unidades móviles, que son como consultorios móviles, y tenemos también dos hospitales móviles. Los hospitales tienen ya todos los servicios de atención hospitalaria, hospitalización, cirugía, laboratorio, rayos X.

Actualmente, el hospital móvil n.º 1 está asignado a Pedernales, mientras el hospital empieza a funcionar. Esto va a ocurrir a finales de noviembre, inicios de diciembre, en que terminaremos todas las fases de apertura del hospital, que empiezan este 20 de septiembre. Una vez que el hospital de Pedernales esté funcionando, en el mes de diciembre se repliega el hospital en sus containers y lo vamos a movilizar a la ciudad de Guayaquil, específicamente al hospital Universitario, en donde estará disponible para una contingencia en caso de requerirse reemplazar o apoyar la atención a nivel hospitalario.

¿Ese hospital móvil hará base allí o estaría listo en caso de necesitar moverse?

Ese va a estar listo para movilizarse y se despliega en el lugar que se requiera. Si hay un hospital, espero que no suceda, pero un hospital general que debido a las inundaciones o deslaves o deslizamientos quede inoperativo temporalmente, mientras tanto, el hospital móvil puede reemplazar el funcionamiento.

Es un hospital que tiene cerca de 120 personas, alrededor de 90 profesionales de salud. Ese hospital se mueve con todo su equipamiento y se despliega para la atención en el lugar necesario.

En el caso del dengue y la leptospirosis, que vimos algunos casos que hubo en Durán, donde hay problemas de agua potable, y las mordedoras de serpientes, ¿qué acciones se encaminarían una vez que ya esté el fenómeno de El Niño dándose?

Primero es el manejo adecuado. El dengue, por ejemplo, uno de los mayores problemas que tenemos es la capacidad de diagnóstico de los profesionales, no solamente del Ministerio de Salud, (sino también) en el sector privado. Muchas veces se confunden los síntomas de dengue con otras enfermedades y se pueden iniciar tratamientos que no son adecuados o que pueden interferir con la evolución propia de la enfermedad. Entonces, el trabajo básicamente en manejo diagnóstico es muy importante.

El tratamiento del dengue es sintomático; por lo tanto, esos recursos están asignados y la idea es que todos los establecimientos tengan los suficientes insumos, en el caso de suero antiofídico o medicamentos para poder funcionar a pesar de que se puedan quedar aislados. El plan prevé que la dotación supere los 30 días, de tal manera que los centros de salud puedan operar a pesar de que no tengan comunicación.

José Ruales, ministro de Salud, ofreció detalles de los planes de prevención y mitigación que ejecuta la cartera de Estado. Foto: Francisco Verni

Es decir, ¿tendrían treinta días para estar autosuficientes, con recursos?

Así es.

En el caso de la inmunización, hablo de influenza, COVID y también de la pentavalente, ¿adelantarán el cronograma o tendrá algún tipo de modificación?

En el caso del esquema regular de vacunación, estas vacunas se mantienen en las fechas que corresponden a las edades de los niños. Si es que los niños, por alguna razón, no llegan a vacunarse en la fecha indicada, se va a permitir un tiempo adicional para completar los esquemas de vacunación.

Sin embargo, sí tenemos algunos cambios en el comportamiento de las enfermedades respiratorias. En el caso del COVID, en el caso de la influenza, debido a que estas ya son, como el caso de la influenza, enfermedades estacionales, que ocurren en relación con el aumento de la humedad, con las lluvias, con las estaciones invernales, con el aumento también del frío en la Sierra, etcétera. Observamos que, en el caso de la influenza, que normalmente teníamos una estación de influenza, de una época entre diciembre y marzo de todos los años, el año pasado hemos tenido dos picos: uno en el mes de abril y mayo, y otro a partir de octubre o noviembre. Debido a las características de El Niño, esperamos también que esto se pueda adelantar. Por eso, hemos apresurado y adelantado la compra de vacunas contra la influenza. Estas están llegando esta semana (mediados de septiembre) al país, las de adultos; las de niños llegaron la semana pasada (primera de septiembre), de tal manera de estar preparados a partir de octubre, en caso de que ya empiecen a presentarse las condiciones para adelantar la vacunación contra influenza.

(...) En el caso de COVID, estamos en este momento en una campaña de vacunación de refuerzo, especialmente las personas mayores, las personas que tienen comorbilidad. Estamos ofreciendo la vacuna de Pfizer bivalente para completar el esquema de refuerzos. La mayor parte de casos de hospitalizaciones o defunciones que hemos tenido en el año ha sido de personas mayores de 50 o 65 años con enfermedades adicionales, y los estamos invitando para que puedan protegerse.

El ministro de Salud, José Ruales, en recorrido en hospital de La Libertad. Cortesía.

¿Qué hace falta trabajar todavía en el tema sanitario hasta octubre, noviembre, en que se calcula que podría ya estar dándose el fenómeno?

En primer lugar, el tener una mayor consciencia de lo que va a significar el fenómeno de El Niño. Tuvimos ya en dos ocasiones anteriores Niños de intensidad alta: en el año 82 y en el año 97. En esos momentos hay que considerar que no teníamos el nivel de calentamiento global en las temperaturas del mar, así que es muy probable y hay que estar preparados a entender que esta puede ser una estación, un fenómeno de moderado a grave. Pero no solamente eso: tenemos características diferentes ahora, tenemos mayor población urbana, tenemos más espacios habitados, mayor número de viviendas, una mayor cantidad de carreteras y, por lo tanto, las afectaciones civiles, las afectaciones a las construcciones, a las familias, asentamientos urbanos, como vimos recientemente en el caso de Esmeraldas, en lugares bajos de fácil inundación. Entonces, también tenemos mayor cantidad de población en riesgo, y me parece que lo más importante es que estamos trabajando nosotros en sistemas de información geográfica, identificando los lugares de mayor riesgo, las afectaciones que podríamos tener.

Es muy importante incrementar, mejorar la alerta y el trabajo colaborativo a nivel de los municipios, de los Gobiernos autónomos descentralizados para trabajar de manera conjunta, especialmente en los temas de limpieza de canales, de drenajes, en evacuación de las aguas y en articulación de las respuestas.

Para usted, en el tema de salud, ¿estamos mejor preparados que en el 82 y 97?

Por supuesto, yo viví los dos fenómenos de El Niño anteriores y no teníamos un sistema de gestión de riesgos en los fenómenos anteriores. Y ese sistema de gestión no estaba desarrollado en el sistema de salud.

Actualmente, tenemos un sistema de gestión de riesgos, tenemos un plan de preparación y de respuesta. Estamos adelantándonos al posible impacto que van a tener en salud nuestras instalaciones, la demanda de atención médica, y eso yo creo que nos prepara mejor. Pero siempre tenemos que mantenernos de alerta, siempre yo creo que no hay que bajar la guardia y creer que el trabajo que hacemos nunca va a ser suficiente. Y va a llegar un momento en que tengamos que empezar a responder localmente a las necesidades, y para eso tenemos que estar listos. (I)