Julio Celorio, subsecretario de Preparación y Respuesta de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), conversó con este Diario sobre las acciones que ejecuta esa entidad estatal en coordinación con otros entes estatales y locales para enfrentar los efectos del fenómeno de El Niño.

Este lunes, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional cambió el nivel de alerta, de amarilla a naranja, por la presencia del evento natural. Asimismo, el comité Erfen aprobó el cambio de estado de observación a un estado activo por la continuación de los criterios de análisis de las condiciones oceanográficas y atmosféricas relacionadas con el fenómeno.

Celorio explicó cuáles serían las zonas más expuestas a sufrir estragos y además los planes de contingencia que se alistan por el evento. En semanas anteriores, Riesgos emitió una primera alerta en cantones de provincias ubicadas a una altitud igual o menor a 1.500 metros.

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¿Qué zonas del país han detectado que tienen mayor vulnerabilidad ante los efectos del fenómeno de El Niño?

Se realizó la declaratoria de alerta amarilla para 17 provincias que son las que se esperaría que puedan tener las afectaciones por el fenómeno de El Niño. De estas 17 provincias, tanto por la mayor población que existe en zonas asentadas consideradas como áreas de riesgo, las provincias o los territorios en los que mayor afectación se esperaría que tengan, tendríamos como referencia Manabí, Guayas, Los Ríos y Esmeraldas. Eso no significa que el resto de provincias del país o de las trece provincias no tengan mayores o menores afectaciones.

¿Sobre todo el perfil costero?

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Principalmente el perfil costero. Son los territorios más expuestos. Y dentro del perfil costero, estas provincias que hemos mencionado.

¿Cuáles serían las consecuencias directas que sufrirían estas localidades dentro de los análisis que han hecho?

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Hemos identificado al menos tres eventos principales de mayor impacto. Estos son las inundaciones, como consecuencia de desbordamiento de ríos, canales, quebradas, pero también las inundaciones por insuficiencia de los sistemas hidráulicos en las ciudades, considerando que el fenómeno de El Niño, una de las características es que existe un incremento importante en la cantidad de lluvia que se registra, y como consecuencia de esto, en ciudades, en las partes urbanas, se ven también inundaciones porque el sistema de alcantarillado no evacúa rápidamente el agua que se acumula. Y en otros sectores también se esperan inundaciones por la falta de cobertura de servicio básico, principalmente el tema de alcantarillado pluvial.

Otro de los eventos importantes es lo relacionado con los deslizamientos, los movimientos en masa. Tuvimos este año en la temporada invernal alguna alerta en ciertas zonas del país con deslizamientos que empezaron a dar señales de activación. (...) Ese puede ser uno de los eventos que tengan también incidencia en el territorio nacional, principalmente en aquellas provincias que tienen territorios con una geografía un poco más accidentada. Y finalmente, también la llegada del fenómeno de El Niño trae como otro de los posibles efectos el incremento de la erosión costera, como consecuencia del incremento del nivel del mar, los aguajes y oleajes, como consecuencia de esto.

Poblados del perfil costero serían los más expuestos a los estragos del fenómeno. Foto: Rudy Rosales

En estas localidades, ¿qué planes de prevención y mitigación se están ejecutando o están en camino?

Hay dos consideraciones. Por un lado, se ha venido trabajando con las municipalidades en establecer sus planes de respuesta, sus planes de contingencia en función de los escenarios que se han ido identificando. Es decir que el municipio, en función de su población, de los efectos que se podrían esperar, trabaja en la elaboración de los planes con el acompañamiento de la Secretaría de Gestión de Riesgos. Y por otro lado, está el soporte que damos como Ejecutivo, tanto en el nivel concentrado como en el nivel nacional, para lo cual se ha preparado un plan de acción ante los efectos del fenómeno, que contempla básicamente tomar medidas para dar apoyo a la respuesta que las municipalidades pueden dar en el territorio.

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En las mesas, con otros ministerios a nivel vial y de salud, ¿de qué manera se están coordinando acciones para enfrentar posibles estragos, como un deslizamiento de una vía, y alertas sanitarias?

El mecanismo que tenemos establecido es a través del COE (Comité de Operaciones de Emergencia) nacional. Tiene en su estructura ocho mesas técnicas. Cada una agrupa a las diferentes instituciones del Ejecutivo e incluso de la cooperación internacional. Se han establecido planes de acción por cada una de las mesas. Es decir, a través de la mesa n.º 1, que se encarga del tema de agua, saneamiento y gestión de residuos, que está a cargo del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, se establecen las acciones que se deberían implementar como apoyo a los municipios para garantizar el abastecimiento de agua, que es uno de los componentes que posiblemente se vean afectados, sea porque los efectos de El Niño incidan directamente sobre las infraestructuras de captación de agua, sobre las redes de distribución, o porque no permitan potabilizar por los niveles de turbiedad. Entonces, frente a esto, los municipios, con sus mesas, establecen sus planes de acción. Y así cada una de las mesas. La mesa n.º 2, que articula todo el sistema de salud; la mesa n.º 3, que articula todo el tema de infraestructura y servicios, y entre esto la lidera el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), y entre esto están las acciones contempladas a coordinar, las acciones que permitan mantener la conectividad vial, que podría verse afectada.

Entre una de estas acciones que tiene a cargo el MTOP, por ejemplo, está la adquisición de puentes de Bailey que permitan reconectar territorios que se podrían ver afectados como consecuencia del colapso de puentes, que es uno de los efectos que tiene identificado tanto el MTOP. Y así, cada una de las mesas tiene una competencia específica en educación, agricultura, producción, asistencia a la población, vivienda, etc.

Con la Empresa Pública del Agua (EPA) y el ministerio, ¿se ha coordinado para dar mantenimiento antes del fenómeno a las vías y también a los proyectos multipropósitos?

En el caso de la EPA, desde la Secretaría de Riesgos se pudo hacer la gestión con el Ministerio de Finanzas para asignación de $ 68 millones, que eran necesarios para la intervención. Estamos hablando de canales de riego, que están a cargo de la EPA, pero también mantenimiento de las infraestructuras, de los multipropósitos, que son uno de los elementos estratégicos ante contrarrestar los efectos por las crecientes.

Carlos Zapata, director del Inocar: El Niño de 1997 fue fuerte, unas condiciones bastante duras y rigurosas. Se prevé que este Niño de 2023 va a ser moderado

En el mantenimiento de vías, ¿ya están encaminados?

Está contemplado a través de los planes que han presentado, en este caso, el MTOP, dentro del Plan de Acción Nacional para los efectos al fenómeno de El Niño, y también la asignación de recursos que esta cartera de Estado tiene a su cargo gestionar para que se puedan dar los mantenimientos. Es importante pensar en cómo nos organizamos y respondemos frente a los efectos que podrían darse si las vías se ven afectadas o por eventos que obstruyan la libre circulación o por la infraestructura vial, como los puentes, que son elementos que se ven afectados como consecuencia de las crecientes o los deslizamientos.

Julio Celorio, subsecretario de Preparación y Respuesta de la Secretaría de Gestión de Riesgos Nacional, señaló que las zonas más propensas a sufrir estragos se concentran en el perfil costero. Foto: El Universo

Hay zonas que son recurrentes en tener problemas cada año. ¿Hay un mapeo de zonas vulnerables y estos datos se han compartido a las municipalidades, para que ya tomen cartas en el asunto con antelación y no esperar a que surjan nuevamente estos problemas?

Sí; de hecho, esa fue una de las primeras acciones que desarrollamos ante los primeros indicios de que teníamos unas condiciones para el fenómeno de El Niño en el país. Se trabajó en la definición de escenarios de riesgo para las 17 provincias, se actualizó la cartografía que existía a nivel nacional tomando en consideración el tema de ver cuáles son las zonas que mayor recurrencia a eventos presentan. Esta información fue entregada a las municipalidades y a las instituciones del Ejecutivo desconcentrado para que cada una establezca su propio escenario en función de la competencia que tiene, y fue una de las primeras acciones también que se pudo gestionar con los alcaldes, con las autoridades electas antes de su posesión. Se ha estado trabajando en que los municipios ajusten o actualicen sus escenarios de riesgo, y se han venido trabajando los planes de respuesta de contingencia en los municipios.

Dentro de estos planes ya hay trabajos, por ejemplo, en detectar albergues, en dar luz verde para que los municipios y prefecturas incluso contraten o compren, adquieran kits de alimentos. ¿Cómo va ese tema?

Una de las acciones importantes que se han venido articulando es la identificación y calificación de alojamientos temporales. A la fecha tenemos 952 alojamientos o infraestructuras que han sido identificadas para que puedan ser activadas como alojamientos temporales. Hay ciertos municipios que, por la importancia y preocupación que le han puesto al tema, se encuentran también priorizando recursos para la adquisición de bienes de asistencia humanitaria. Por el lado de la Secretaría de Gestión de Riesgo, venimos trabajando en los procesos de reabastecimiento de nuestras bodegas en varios componentes de asistencia humanitaria, como kits de alimentos, aseo, limpieza familiar, de dormir...

¿Todas estas acciones serán suficientes para evitar desastres naturales como los que ocurrieron en el 97?

Desde la organización territorial suman a mejorar las condiciones de preparación que existen o existían antes de la llegada del fenómeno de El Niño. Siempre va a haber necesidad de seguirse organizando, de seguirse fortaleciendo, pero consideramos que con el esfuerzo que estamos haciendo desde el Ejecutivo y el esfuerzo que están haciendo las autoridades locales vamos a reducir los impactos que el fenómeno pudiese tener en el territorio, y fundamentalmente poder ajustar los tiempos de respuesta que se tendrían que dar cuando ocurra una emergencia.

¿Cuáles serían esos tiempos de respuesta idóneos?

Lo importante es que, hablando de la atención a la población, dentro de las primeras 24 horas, que es lo que dicta la normativa, podamos llegar con la primera asistencia a la población. Y esa primera asistencia puede variar: van acciones como que la municipalidad con sus diferentes equipos puedan acudir a dar soporte en la evacuación de las familias, que se puedan activar los alojamientos temporales, que podamos nosotros entrar e implementar el alojamiento temporal con camas, colchones, los kits de dormir, los kits de alimentos, y que la familia pueda ir solventando sus necesidades en función de lo que le corresponde a cada una de las instituciones, tanto en el nivel local como nacional.

Hemos escuchado al ministro que se están preparando como si fuera un fenómeno de magnitud moderada. ¿Cómo ven los posibles efectos que serían como los del 82 o como los del 97?, ¿o indistintamente están preparándose ante el peor de los escenarios?

Nos estamos preparando ante el peor de los escenarios con la finalidad de que, si no se llega a concretar, tengamos unas mayores condiciones de organización y respuesta para la población. Desde la información que se ha venido trabajando en el establecimiento del Plan de Acción ante el fenómeno de El Niño, siempre se habló de dos escenarios: uno que contempla acciones para un evento entre leve a moderado, y otro que contempla acciones entre un evento de moderado a fuerte. Entonces, toda la organización que se ha venido desarrollando es pensando en que, si se llega a ese peor escenario, tengamos la organización y las contingencias necesarias para poder atender a la población. Tal vez el evento nos sorprenda y pueda evolucionar de una forma distinta y tengamos en ciertos territorios niveles de afectación que tal vez no hayan sido contemplados. Eso es parte de cómo desde los equipos técnicos, instituciones técnico-científicas, van haciendo el monitoreo y emitiendo las alertas tempranas para poder tomar las precauciones del caso y anticiparnos a los efectos que se podrían tener en territorio.

¿Cuándo ya se espera tener listos todos estos planes de contingencia, los albergues, los kits de alimentos? ¿Cuál es la fecha tope?

Hay algunas acciones que se están finalizando ahora (agosto). Hay otras acciones que se encuentra previsto finalizar hasta finales de septiembre, principalmente los procesos de capacitación con los equipos en territorio y lo referente a los alojamientos temporales; es decir, está previsto finalizar hasta la quincena de octubre, así como de los procesos de adquisición de bienes de asistencia humanitaria; algunos ya están en procesos de recepción, como los temas de kits de alimentos, los kits de aseo; están ya en recepción, y hay otros componentes de las adquisiciones que se estaban haciendo que van a ir llegando a medida que se siguen los procesos normales.

En el tema de preparación, ¿han programado simulacros para que la población sepa cómo actuar?

Hemos estado organizando para ir advertiendo los eventos que se puedan registrar en las 17 provincias. Hicimos un ejercicio nacional para evaluar estas situaciones. Vamos a desarrollar una simulación en la provincia de Guayas, lo cual incluye los 25 cantones, con la finalidad de evaluar cómo está evolucionando el evento, afectando principalmente a los cantones que están dentro del perfil costero, y cómo desde el municipio se atiende la primera acción y luego cómo desde el nivel provincial. Con Ministerio de Salud, por ejemplo, puede dar atención a centros de salud que podrían verse afectados; el Ministerio de Educación establece sus acciones para ver si mantiene las clases a través de la modalidad de virtualidad o si se mantiene la educación en las infraestructuras o viceversa; (también) si estas pueden usarse como último recurso como alojamiento temporal. Ver cuál será la respuesta para mantener la educación con las instituciones, levantamiento de información a la ciudadanía y, lo más importante, los aspectos de la atención de necesidades básicas de la población. El siguiente mes también un ejercicio de simulación en Manabí, otro para Esmeraldas, y al menos en las provincias en las que se esperarían mayores impactos tener esos ejercicios previos que permitan validar la organización de municipios y dar ajustes a las medidas que se necesitarían para dar una respuesta más efectiva. Eso no quita que el resto de municipios haga sus propios ejercicios.

¿Estamos mejor preparados que en anteriores fenómenos de El Niño?

Sí, indiscutiblemente, desde el punto de vista que contamos con una estructura; en ciertos territorios las autoridades han tomado el interés del caso y han ido incorporando dentro de sus equipos a profesionales en la materia. Estamos realizando acciones de preparación que en otros casos no se lo ha desarrollado, y esto nos va a permitir tener una respuesta totalmente distinta a la que se ha venido dando en eventos similares, principalmente haciendo un simil con el 97-98. A partir de ese evento, el país empezó a darle importancia del caso a la gestión de riesgos, empieza una serie de mecanismos de organización, establecimiento de las estructuras de respuesta y sistemas de alerta temprana. Hoy contamos con sistema de alerta temprana en zonas que han sido priorizadas, como en la cuenca del río Portoviejo, en la cuenca del río Chone. Son recursos que nos van a permitir informar a la ciudadanía cuando se prevé un evento con intensidades importantes. (I)