Confieso que esta frase me deja siempre un mal sabor. Suele usarse para señalar el hecho de volver a encontrar pareja, luego de haber perdido o terminado con la anterior. No parece importar tanto cómo se dio la separación de la pareja, sino que la persona pueda unirse, casarse o enamorarse nuevamente.
Peor aún cuando existe la idea de que la única forma de ser feliz es teniendo una pareja, y en cada conversación hay esa presión permanente de que si no tienes a alguien a tu lado, no eres nadie.
Sin embargo, la vida que se hizo ya no se puede deshacer. Lo que fue cuestión de amores o desamores está allí y forma parte de tu pasado y también de tu presente. Es parte del insumo con el que te manejas afectivamente, ya sea con o sin aprendizaje posterior a esa experiencia. Por tanto, forma parte también de tu futuro. De ese que quizás anhelas junto a una nueva persona.

Discernir con qué amores te quedas y si te abres a la búsqueda de un nuevo amor de pareja requiere que partas de saber que tienes una vida, tu vida, con tu pasado y tu presente y que te sanes si hubo dolor en aquella pérdida".

Adriana Piterbarg, la argentina autora del libro Cien años de amor, describe este “infructuoso mito de rehacer la vida, como una fatal y ridícula mentira”. Claro, es que no has muerto para volver a vivir. Una dimensión de tu vida, la de compartirla en pareja, y probablemente una vocación personal, se ha quedado en pausa o truncada por motivos distintos y muchas veces dolorosos.
Ha muerto ese amor, otras veces ha partido lejos de ti o para otros se fue disecando. Pero tu vida sigue ahí intacta, aunque quizás herida, para replantearte nuevos rumbos. Los que aún te aman y amas, siguen a tu lado aunque no sean tu pareja.
Discernir con qué amores te quedas y si te abres a la búsqueda de un nuevo amor de pareja requiere que partas de saber que tienes una vida, tu vida, con tu pasado y tu presente y que te sanes si hubo dolor en aquella pérdida. Que sepas que no es tan cierto que un clavo saca otro clavo o que tu despliegue como ser humano depende de esa persona que quizás tengas idealizada. Que si tu vida te sumó otros amores como hijos, familia, amigos; valdrá la pena pensar si no será mejor abrazar esta realidad y amar esa vida ya hecha, asumiendo finalmente la partida del que no está. (O)