Una rutina bastante normal con dos hijos en el colegio, practicar deportes e ir a la playa los fines de semana, que es lo que más nos gusta hacer como familia. Algunos planes para el 2020 eran celebrar los 40 años de mi esposo con fiesta y viaje, pero no se pudo.¿Dónde estaba cuando iniciaron las alertas por la pandemia? Mis dos hijos y yo habíamos llegado a Suecia el 6 de marzo, para pasar tres semanas de vacaciones, pero quedamos atrapados en el país por cuatro meses y medio; cuando nos fuimos nunca imaginé que ocurriría todo lo que pasó en el mundo. Mi esposo Roberto estaba en Guayaquil.¿Cuáles fueron las medidas del Gobierno sueco frente a los casos de COVID-19? ¿Cuál fue la respuesta de la comunidad? Al inicio, las recomendaciones fueron quedarse en casa y mantener el distanciamiento. Pero usar mascarilla hasta ahora no ha sido obligación. En Suecia hay muchas cosas que el Gobierno no obliga sino que recomienda y deja que la comunidad también tome su responsabilidad. Es importante saber que en Suecia la comunidad tiene mucha confianza en su Gobierno y eso es clave para que puedan funcionar sus recomendaciones.¿En qué cambió la rutina con su familia? ¿Qué se mantuvo igual? La verdad es que nosotros en Suecia no hicimos muchos cambios. Por ejemplo, me iba al supermercado sin guantes ni mascarilla, etcétera, toqué las frutas que quería comprar, llegué a la casa con la misma ropa puesta y no me bañé en cloro o a las compras ni una vez. Obviamente me lavé las manos cuando llegué a casa, pero eso igual hacía antes de la pandemia. Es muy importante prevenir el contagio, pero tampoco ir al extremo.Otros países de Europa sí aplicaron una cuarentena total, mientras Suecia funcionaba con casi total normalidad, ¿cómo fue la experiencia? Fue un lujo haber podido pasar la peor etapa de la pandemia en Suecia. Además porque desde hace varios años no había podido estar en Suecia en los meses de verano (siempre íbamos en febrero y marzo), pero ahora sí pude estar en abril, mayo y junio también. Fue muy lindo. Igual, muchas cosas como en el resto del mundo tampoco se podían hacer en Suecia. Por ejemplo, no me reunía con mis amigas y sus familias. O si salíamos al parque en bicicleta, siempre con distanciamiento. Pero sí disfrutamos de parques al aire libre y también de salir a caminar. Cuando llegó el verano salimos en botes y nos metimos en el mar. Usamos a diario el transporte público para llegar al colegio, por ejemplo.¿Cómo explicaron a los niños lo que ocurría? Aunque ellos seguían asistiendo a sus clases. Para mí fue importante que mis hijos entiendan que el cuidado personal siempre es importante. Que no solo se trata de ellos sino de cómo pueden afectar a personas más vulnerables. Mis hijos empezaron a ir a un colegio sueco en abril y asistieron hasta finales de junio, 5 veces a la semana, 8 horas por día, todo presencial. El colegio tomaba algunas medidas como más limpieza de aulas y baños, en la cafetería los niños no podían servirse los alimentos por sí mismos (antes sí), los papás no podían entrar a recoger a los niños, tenían que esperar afuera. Mis hijos y yo vivimos con mis papás de 65 y 64 años allá y no cambiamos nada más que lavarnos las manos con mayor frecuencia y usar alcohol.¿Tuviste temor al contagio? Para mi propia salud, nunca, pero nadie quiere ser la persona que contagia a otro. Mientras estaba en Suecia sí me llegaban noticias de personas conocidas que se habían enfermado y fallecido. Incluso a mi esposo le dio COVID-19 en junio, leve y sin complicaciones, pero nos asustamos con él solo en Guayaquil.¿Cómo continúa hoy su vida en Ecuador ahora que el mundo adopta una nueva normalidad? A mis hijos y a mí nos costó más que el resto aprender cómo vivir con tantas restricciones. Aquí todos los amigos ya se habían acostumbrado a las nuevas normas, al aislamiento, las apps para hacer compras y el colegio virtual. Aún nos cuesta, pero estamos haciendo lo mejor posible. Yo he regresado a trabajar a la oficina e igual mi esposo. Mis hijos están en las clases virtuales y todos tenemos que ayudar para que estén conectados a tiempo, que tengan los materiales listos y trabajar en las noches con las cosas que no entendieron o se perdieron por fallas técnicas.Edad: 37 Fecha de nacimiento: 5 de mayo de 1983 Primer viaje a Ecuador: Marzo del 2005 Casada con: Roberto Baquerizo (ecuatoriano) Hijos: Emiliano y Valentina Profesión: Gerente de cobranzasNo todos los países enfrentan el reto de cómo comenzar una “nueva normalidad” ante la pandemia de COVID-19. Suecia ha sido un notable caso aparte. Allí no hubo confinamiento. Ha sido uno de los pocos países en Europa que optó por no imponer restricciones en su población para evitar la propagación del virus.Desde afuera podría parecer que los suecos siguieron con su vida normal, pero no fue así. Se prohibieron las reuniones de más de 50 personas, se establecieron reglas de distanciamiento social y se le pidió a la gente que, si podía, trabajara en su casa. Y a los mayores de 70 años se les dijo que se quedaran en su casa para protegerse de la infección. Por otra parte, los restaurantes, bares, gimnasios y tiendas del país escandinavo han permanecido abiertos, igual que las guarderías y colegios para los menores de 16 años. Pero a pesar de que no se usó la palabra confinamiento, la mayoría de la población adoptó, de manera voluntaria, un distanciamiento social. Se establecieron restricciones y la gente las siguió.","isAccessibleForFree":true}
Sofie Johansson de Baquerizo y su experiencia con la pandemia en Suecia
Casada desde 2009 con un ecuatoriano, ella divide su vida con viajes entre Estocolmo y Guayaquil, pero este año la pandemia le impidió regresar a nuestro país y enfrentó el brote del COVID-19 en una Suecia que no aplicó cuarentena total. Aquí su experiencia.
Durante su reciente estadía en Suecia, Sofie solía visitar el Royal Haga Park de Estocolmo junto con sus hijos, Valentina y Emiliano. Foto: redaccion
Casada desde 2009 con un ecuatoriano, ella divide su vida con viajes entre Estocolmo y Guayaquil, pero este año la pandemia le impidió regresar a nuestro país y enfrentó el brote del COVID-19 en una Suecia que no aplicó cuarentena total. Aquí su experiencia.