Para saber hablar se debe aprender a escuchar. Aunque esta afirmación suene paradójica, la escucha es la más importante de las actividades de la comunicación. Ya sea en entornos laborales, profesionales, académicos o familiares, quien sabe escuchar tiene una ventaja importante en el momento de comunicarse y desarrollar relaciones. Solo con esta mención es posible que recordemos el momento en que alguien nos dio las gracias diciendo: “Solo necesitaba que me escuchen”.