¿Quién no ha dicho ante un hecho absurdo o angustiante que aquello es una situación kafkiana? ¿Quién no ha escuchado hablar de Gregorio Samsa? Gracias a Franz Kafka, Gabriel García Márquez se convirtió en escritor. Cuando era apenas un joven, leyó aquel libro en el que un hombre amanecía convertido en insecto. Y Gabo pensó: “Si esto se puede hacer, esto sí me interesa”. Se levantó y escribió su primer cuento. ¿Cómo, entonces, no agradecerle a Kafka?