Entre las experiencias cruciales de la existencia, el tiempo ocupa sin duda un lugar predominante. Un tema tan difícil de aprehender, tan resbaladizo, como apasionante. Es una experiencia que ha sido objeto de reflexión desde varios ángulos del pensamiento humano. Del tiempo se ocuparon tanto Parménides como Heráclito, sobre el tiempo escribió San Agustín una serie de reflexiones de enorme profundidad. Igual cosa puede decirse de Schopenhauer.