Muchos matrimonios han pasado por periodos pesimistas sobre su futuro. Buena parte de ellos han intentado, individualmente o juntos, resolver las diferencias por sus propios medios o con la intervención de un profesional en el tema. En un porcentaje de los casos la pareja no logra alcanzar un nivel de funcionamiento satisfactorio, y se encuentra frente a una crisis que podría significar daños profundos a la unión conyugal.