En alguna ocasión, todos hemos experimentado la sensación de ansiedad (temor, desasosiego, intranquilidad, aprensión) por una gran diversidad de razones. Muchas veces la ansiedad, la versión más dañina, es el producto de un conflicto entre nuestros impulsos que demandan satisfacción inmediata, y nuestros valores morales, culturales, sociales que nos limitan la expresión. Ambos son mecanismos inconscientes muy poderosos.