Estimados lectores, este artículo lo escribo pensando en los adolescentes con los que comparto en la consulta.

Cuando nuestros hijos se enfrentan al amor en la adolescencia, los padres nos inquietamos y aparecen dudas y miedos.

Lo primero que se pregunta es ¿cómo será su familia?, ¿qué educación ha recibido?, ¿qué opinarán los padres? La inquietud de la familia del adolescente se vuelve intensa y la inseguridad de que alguien entre en la vida de nuestros hijos nos provoca preocupación, sobre todo en esta época en la que los valores morales están en crisis.

Sin embargo, como padres sabemos que enamorarse es parte del crecimiento, además de ser una de las experiencias más bonitas de la vida.

De hecho, el primer amor es tan intenso y especial que lo recordaremos por siempre, aunque no suele ser casi nunca el definitivo ni mucho menos el mejor. Enamorarse en la adolescencia es algo complicado para los padres; no obstante, no se puede evitar. Es necesario que vivan la experiencia de sentirse ilusionados y enamorados, ya que esta fase de la vida llevada con cautela y orden puede llevar al adolescente a madurar y a desarrollarse.

El amor en sí siempre debe ser un sentimiento positivo, de aprecio y apego por otra persona, pero es fácil confundirlo con el deseo, con los celos o con la necesidad de estar con alguien y no quedarse solo, y así evitar lo que los demás puedan opinar.

¿Cómo se vive el amor en la adolescencia?

La adolescencia suele durar unos seis o siete años. En ese paso, los adolescentes están desarrollando sus ideas de la vida, su manera de ver el mundo, y es lógico que a veces estén confundidos y se sientan incomprendidos. Viene la época de la atracción sexual, de irse en contra de las normas establecidas en el hogar. Sin embargo, es necesario que desafíen, pregunten, critiquen, opinen, porque eso permitirá que al final de la adolescencia hayan adquirido su propia personalidad, algo muy valorado, ya que los acompañará por el resto de sus vidas.

Como padres se debe reconocer que los adolescentes viven el amor de una manera muy intensa, como si fuera lo único importante en el mundo.

En esta edad no se reconoce bien qué es lo que se está sintiendo por otra persona: el adolescente ama a sus amigos, a su novia, a su mejor amiga o amigo. Es un afecto que los lleva a explorar, a compartir dudas y emociones propias de la edad.

La presencia y el acompañamiento de los padres en esta etapa de la vida es crucial. Los adolescentes necesitan diálogo constante, límites que deben ser impuestos por los padres, darles afecto permanente y permitirles crecer. (O)