Algunos jardines son recordados durante muchos años, y no solo por sus colores, flores y plantas, sino también -y sobre todo- por sus delicados aromas. “El perfume de las plantas permanece con fuerza en nuestra memoria”, afirma Dieter Gaissmayer, jardinero y presidente del Museo de Jardinería en Illertissen, una localidad en el sur de Alemania.