El proyecto Sembrando una Ciudad, dirigido por la Fundación La Iguana, cada año escoge dos espacios públicos de dos ciudades para convertirlos en bosques urbanos nativos, sembrando flora y fauna nativa.

Para elegir un lugar, la fundación analiza varios factores, pero dos de los más importantes son que tenga un problema ambiental y que sean transitados por peatones.

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Para este año, la fundación escogió a Loja y Guayaquil, donde ya están interviniendo en el redondel de la avenida Antonio Parra Velasco, en Sauces. Ahí planean implementar un bosque urbano nativo con más de 10.000 plantas, tanto nativas como endémicas.

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Buscan recrear dos ecosistemas: el bosque seco, emblemático de la costa ecuatoriana, pero que ha sido diezmado por el avance de la frontera agrícola, entre otros factores, y el bosque húmedo tropical.

Sicalis flaveola, un canario común en Guayaquil, podría beneficiarse de proyectos como el bosque nativo urbano. Foto: Cortesía Fundación La Iguana

Andrea Fiallos, fundadora de La Iguana, señala que los trabajos preliminares se han enfocado en la composición del suelo, asegurándose de que el nuevo material tenga un drenaje adecuado, donde “el agua de lluvia pueda ser capturada y filtrada correctamente”.

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El suelo está adecuado para las especies de los ecosistemas que se busca recrear. La siguiente fase, la de siembra, empieza el próximo lunes 22 de abril, el Día de la Tierra.

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“Vamos a trabajar con entre 120 y 190 especies. Del bosque seco vamos a sembrar arbustos como el muyuyo, hierbas como la wedelia, la cordia, árboles como el palo santo, cáctus, suculentas. De ahí pasaremos al bosque húmedo con árboles grandes como el higuerón, la tagua, que es una palma y que la gente sepa que sí tenemos palmas guayaquileñas”, dice.

Tras la siembra, poco a poco los animales empiezan a llegar. En el suelo puesto ya hay microorganismos e insectos, y con el tiempo llegan aves.

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En 2022, por ejemplo, la fundación intervino un espacio en la avenida 12 de Abril en Cuenca. Lograron atraer a 19.468 individuos de 72 especies.

Esta renovada biodiversidad permite medir los efectos de estos espacios en cifras y sacar conclusiones científicas de lo recabado. Según datos de la fundación, los árboles plantados en la obra de Cuenca produjeron más de 64 millones de litros de oxígeno y captaron 0,43 megagramos (toneladas) de carbono.

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El sistema de biojardineras, además, representa un ahorro en costos de riego, con un precio de $ 0,13 mensuales por jardinera, en comparación al promedio de $ 1 a $ 3 para una tradicional.

El objetivo de poblar zonas públicas urbanas con especies nativas, además de alejar a la ciudad del modelo de usar especies extranjeras, como palmeras, en las áreas verdes, es recuperar el espacio público.

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Los habitantes de las áreas circundantes al redondel con el monumento a Antonio Parra Velasco ya habían dado cuenta a EL UNIVERSO, a inicios de 2023, sobre el estado del redondel, cuyas plantas habían sido descuidadas y que se había convertido en refugio y baño para personas sin hogar.

Es por eso que la fundación plantea que va a colaborar con Segura EP para garantizar la seguridad en el lugar.

Foto: Cortesía Fundación La Iguana

“El Municipio nos presta la seguridad y ciertos servicios para arreglar luminarias, prestar maquinarias, pero aporte económico no hay. Eso lo brinda la fundación en conjunto con la red de empresas privadas”, agrega Fiallos.

Además de la seguridad, la movilidad segura es algo que el proyecto también contempla. “Estamos gestionando los semáforos para que la gente pueda cruzar”, explica Fiallos, y añade que están trabajando con la Agencia de Tránsito y Movilidad y la Fundación Bloomberg para hacer que el espacio sea más accesible.

El proyecto también tendrá un componente educativo, pues se construirá una pérgola educativa. El objetivo es que los ciudadanos “exploren esto como un laboratorio vivo”. A su vez, la obra contará con letreros y rótulos para informar a los visitantes del redondel, especialmente a los niños.

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“No es que debería ser el único o va a ser el último. Esto tiene que ser replicado en la ciudad. Es el primero de cientos”, indica la activista. (I)