A partir de abril de 2021 cada galón de lubricante que se comercializa en Ecuador comenzó a pagar cuatro centavos de dólar más. Ese rubro, al que se lo llama ecovalor, se empezó a recargar en las compras que realizan los consumidores y aplica para aceites lubricantes usados en el sector industrial, automotor y marítimo.

El ecovalor, que se estableció en el Acuerdo 042 del Ministerio del Ambiente, financia el sistema Recoil, que permite gestionar los aceites lubricantes usados y los envases vacíos generados en la cadena de comercialización, y la trazabilidad de estos residuos. El año pasado se logró tratar y reciclar 4,1 millones de galones de estos aceites y 1,8 millones de envases, afirma Valeria Naveda, gerenta de operaciones de Recoil.

El acuerdo ministerial establece que en el primer año de aplicación de este modelo se debía cumplir con la meta de que el 20 % de aceites lubricantes usados del total del mercado y el 10 % de unidades de envases fueran reciclados. El objetivo es llegar al 100 % en el mediano plazo.

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Este primer año se ha cumplido la meta. Con cada litro de aceite que se ha gestionado en el 2021 se han protegido más de 155 millones de litros de agua”, dice Naveda. Además, Recoil ha permitido la trazabilidad de los residuos desde que se importan, producen, su colocación en el mercado y su posterior tratamiento al convertirse en usados. El 60 % de la demanda local de lubricantes se produce en el país, donde compiten más de 30 marcas.

Más de 5.000 puntos de generación de estos residuos (lubricadoras, talleres, haciendas e industrias) actualmente están registrados a nivel nacional. Ellos acceden a un sistema para reportar la necesidad de retiro tanto de lubricantes usados como de sus envases o pueden llamar al 1800-RECOIL. Luego se asigna un gestor ambiental autorizado, dependiendo de la ubicación, para retirar los desechos.

Los aceites usados sirven para su “rerefinación” (su utilización para obtener materia prima que sirve para una base lubricante nueva) y el coprocesamiento para su aprovechamiento energético en hornos cementeros.

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En tanto, los envases se usan para elaboración de madera plástica y el aprovechamiento energético: “Algo que estamos trabajando en Recoil es la investigación y desarrollo para reutilizar mejor los envases plásticos, ya que por tener aceite adentro suele ser bastante complicado realizar un proceso de reciclaje, pues es bastante costoso. Estamos conversando con universidades”, afirma Naveda.

Empresas como Teojama Comercial gestionó el reciclaje de 20.280 galones de aceite automotor en 2021. Estas sustancias químicas fueron generadas por las labores mecánicas que se realizan en sus talleres técnicos, indica David Álvarez, jefe de Seguridad, Salud y Ambiente de la compañía.

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Además, ha realizado constantes capacitaciones internas para lograr una correcta gestión y recolección del aceite, limpieza de zonas de almacenamiento y entrega del producto. Recoil también imparte asesorías en los puntos de generación para que recolecten, almacenen y entreguen de forma adecuada los desechos.

Por cada galón de lubricante se paga $ 0,04 centavos más para su reciclaje. Foto: Archivo

Naveda también hace un llamado para que la ciudadanía se comprometa con la iniciativa y cada vez que vaya a una lubricadora o un taller mecánico pregunte qué se está haciendo con el aceite usado, ya que han detectado que existe un mal manejo de estas sustancias en varios centros.

Muchas veces el aceite usado es retirado y enviado a destinos donde se utilizan hornos que no cuentan con los permisos para quemar estos aceites y generan una gran contaminación. El usuario debe preguntar qué pasa con los lubricantes para generar presión de una buena gestión de residuos. Además, como los envases son más complejos de reciclar los dejan en botaderos”, indica.

Para 2022 Recoil tiene como meta reciclar al menos cinco millones de galones de aceites usados y 1,8 millones de unidades de envases. (I)

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