El cóndor Gualabí, rescatado con cuatro perdigones en su cuerpo, volvió a volar en vida silvestre. La mañana de este 29 de septiembre, pobladores de varias comunidades del Lago San Pablo, al sur de Otavalo, Imbabura, contemplaron la liberación de esta ave, que gracias a su rescate y al trabajo del Grupo Nacional de Trabajo por el Cóndor Andino (GNTCA), hoy retornó al páramo.

La situación por la que atravesó Gualabí no es un caso aislado y muestra la peligrosa realidad que enfrenta esta ave icónica en Ecuador. Víctima de disparos repite la historia de varios cóndores en el país.

La acción inmediata de pobladores de la comunidad de Gualabí fue clave para salvar su vida. Fue encontrado el 9 de mayo por una familia que al verlo caer en un potrero con riesgo de ser atacado por perros solicitó inmediatamente ayuda a personas de la comunidad, lo trasladaron hasta su hogar e informaron a la autoridad ambiental en Imbabura que coordinó la activación del protocolo de atención de vida silvestre con equipos especialistas.

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En la liberación se contó con la presencia de la viceministra de Ambiente, Aguas y Transición Ecológica, Bianca Dáger. La secretaría de Estado participó en el rescate y emitió el permiso de liberación.

La liberación se realizó en Imbabura a casi 4.000 metros de altitud, en una zona cercana donde Mayra Cacuango lo encontró hace cinco meses cerca de un potrero en la comuna de Gualabí.

La Fundación Cóndor Andino y el Zoológico de Quito coordinaron las acciones pertinentes de rescate, atención clínica, cirugía liberación y monitoreo de este cóndor. “Sin un trabajo coordinado que involucra profesionales de distintas áreas y que requiere un fuerte esfuerzo técnico y económico este, como otros rescates y liberaciones de cóndores, no hubiese sido posible”, indicó Martín Bustamante, secretario de GNTCA.

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Ecuatorianos podrán identificar sitios de avistamiento del cóndor gracias a mapa en Google Earth

Frente al mirador natural del Lago San Pablo una ceremonia ancestral fue la antesala a la liberación del ave. El territorio está habitado por once comunidades que se identifican como indígenas, la mayoría kichwas kayambi. El centro del ritual fue una pluma de cóndor, alrededor de ella se unieron distintas comprensiones respecto a la importancia del cóndor, tanto desde las comunidades que lo rescataron como de las instituciones que trabajan por su conservación.

Dos días antes el equipo de la Fundación Cóndor Andino instaló en el dorso Gualabí un rastreador satelital donado por el Programa de Investigación Aves Rapaces de Bolivia. A través de este dispositivo se podrá monitorear al cóndor para recabar valiosa información ecológica y de su comportamiento que contribuya para el diseño de estrategias de conservación de la especie.

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Fue marcado con la banda alar 19, que indica el número de cóndores que hasta el momento han sido marcados en el Ecuador por la Fundación Cóndor Andino en el marco de la colaboración del GNTCA, las bandas en sus alas permiten obtener datos de sus movimientos e identificarlo durante toda su vida.

“Es un hito para Ecuador. Somos el segundo país que más cóndores ha marcado después de argentina”, señaló Sebastian Khon, director de Fundación Cóndor Andino.

En total del gasto asumido por las organizaciones para cubrir el proceso de recuperación de este cóndor es de 20.403 dólares cubiertos por Fundación Cóndor Andino y Zoológico de Quito. Lo que incluyó intervenciones médicas como cirugía de extracción de perdigones, tomografía, exámenes médicos, marcaje y rastreador satelital entre otras acciones y procedimientos fundamentales para la recuperación y rehabilitación del ave.

El GNTCA congrega a 16 organizaciones públicas y privadas en proyectos y acciones dirigidas a la conservación del cóndor con base a lo que establece el plan nacional para la conservación de esta especie. (I)

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