Mi esposo nos abandonó cuando estaba embarazada de mi segundo hijo. Actualmente no mantiene ningún tipo de comunicación con los niños. A raíz de lo sucedido, mi hijo mayor que hoy tiene 11 años no termina de comprender por qué su papá lo abandonó, y ahora enfrento el problema de su quemeimportismo en todo, sobre todo en el estudio. Mi hijo menor es un niño que pone resistencia a la comida, por él puede pasar sin comer. Si quiero obligarlo, vomita. ¿Qué debo hacer por mí y por mis hijos?

Anónima,

Quito

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Estimada lectora: Es fundamental que usted como madre primero empiece un proceso de terapia para sanar emociones, manejar siempre un lenguaje asertivo y positivo, por ejemplo, cuando hable con los niños, en lugar de decir que el papá los abandonó, es funcional decir: El papá decidió salir de nuestras vidas.

Es razonable que su hijo de 11 años no entienda lo ocurrido si no se ha procedido a explicar: por lo general, cuando los niños viven ambientes de separaciones y rupturas familiares pueden tomar a cargo culpas que no les corresponden, creyendo que son causantes del abandono, y esto es muy importante hablarlo con su hijo desde el abordaje psicológico. El quemeimportismo en todo es una forma de llamar la atención posiblemente o una manera de expresar su rechazo o enojo a la situación que vivió y no se ha explicado. Al recibir apoyo psicológico es fundamental crear ese plan de vida, a dónde quiere llegar él y cómo lo va a realizar, distinguiendo que dejar de lado los estudios va a ser un impedimento para alcanzar objetivos de vida.

Respecto a su hijo menor con la resistencia a la comida, es muy importante que el niño sea evaluado por un pediatra, se verifique que no tenga ninguna patología que causa este rechazo. Descartando esto también hay que brindar apoyo psicológico al niño y buscar diferentes alternativas para que su alimentación sea divertida, nutritiva y variada. Es recomendable dar a los niños con dificultades de alimentación de cinco a seis comidas pequeñas al día, que vayan descubriendo sabores y texturas, y si le gusta algo, sacar ventaja de esta elección.

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En los niños pequeños de 0 a 6 años los trastornos de conducta alimentaria pueden aparecer como un problema aislado, influido por problemas genéticos, ambientales, conductuales y emocionales, o como un trastorno concomitante a una enfermedad orgánica subyacente o anomalía estructural. Por eso es fundamental identificar la causa.

En conclusión, es fundamental que todo lo ocurrido se procese como una situación que ocurrió, que ya pasó y ahora tienen una vida por delante, de ser esa fuente de inspiración de que todo es posible para ellos y usted como familia, de vencer dificultades juntos y crear ese vínculo entre usted y ellos de apoyo mutuo y compresión, así van a ir creciendo sanos, fortalecidos en su amor propio y sin temores.

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Psic. María Luisa Tapia Rivadeneira,

@psic.malumotivacional