Cuando María Gratzia Donggilio era pequeña, pasaba las tardes en casa mirando programas de moda en la TV y corrigiendo los atuendos en sus bocetos hechos con pluma; de niña le gustaba combinar sus zapatos con la cartera que usaba, pero cuando cumplió 15 años dejó de ser un juego y estrenó sus habilidades con sus amigas, en las quinceañeras. “Descubrí que la moda no solo era maravillosa, sino también costosa”, comenta.