Aunque usted puede tener una opinión al respecto, solo conocerá su reacción ante una infidelidad cuando le ocurra (si es que le ocurre). Y, aunque las canciones de despecho y la opinión popular se inclinen hacia dar por terminado el vínculo con el traidor o traidora, desde la psicología se proponen otras variables para considerar antes de dar su veredicto final.

“La infidelidad tradicional, o el concepto que se tiene por infidelidad, es la carnal, la coital, cuando se descubre que una persona ha estado con otra. Sin embargo, en la actualidad sabemos que existen múltiples tipos de infidelidades”, precisa el psicólogo y sexólogo Rodolfo Rodríguez Martínez.

“Cursan desde lo físico, psicológico, lo económico, lo digital, entre otras (...) Y por esa razón es que las infidelidades suelen durar mucho tiempo y difícilmente son borradas u olvidadas, porque atacan la estructura base sobre la que se estableció la pareja. La pérdida de la confianza, del respeto y del compromiso adquirido dentro de la relación son algunos de los daños”.

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Descubrir la infidelidad tampoco es igual a que la confiesen. El primer escenario suele permitirle al engañado conocer los pormenores e incluso la duración del affaire (con audios e imágenes). Y esos detalles recrudecen la ofensa. “Cuando la infidelidad es revelada por la propia pareja se conoce todo de una manera más general”, dice Rodríguez. “También, la situación se vuelve más seria cuando es de larga data, cuando empezó antes de casarse, por ejemplo, o desde el inicio de la relación”.

¿Duele más una infidelidad dentro del matrimonio que durante el noviazgo? En opinión de la psicóloga clínica Mónica Llanos, el impacto emocional va a depender del tipo de vínculo y planes que se tenga con la pareja. Sin embargo, cuando la traición y probable ruptura ocurren en el matrimonio, conlleva otras connotaciones. “Pueden ser los hijos, el proyecto de vida, entre otros factores que afectan todas las áreas del ser, pues están compartiendo una vida juntos. Siempre será mejor romper a tiempo en un noviazgo que en un matrimonio”, aconseja.

Aquí algunas pautas que podría aplicar de llegar a enfrentarse a esta realidad.

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La reacción que debe evitar

Llevar el conflicto a las redes sociales solo traerá complicaciones y expondrá innecesariamente no solo a quien cometió la falta, sino a la víctima del engaño. “El querer contactar a la otra persona para sentar un precedente o hacer algo al respecto física o verbalmente es algo que se debe evitar a toda costa”, sugiere Rodríguez. “El arma más letal que existe actualmente es llevarlo a las redes sociales, porque es exponer en palestra o al público en general algo que es asunto de pareja y eso puede resquebrajar la relación significativamente.

No involucre a sus familiares o amigos

Una infidelidad es el momento perfecto para aplicar el refrán “la ropa sucia se lava en casa”. Mientras menos sepan sus amigos o familiares, la situación podrá resolverse de mejor manera. Incluso, en el caso de que usted decida perdonar la traición.

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“Hay que mantener las cosas dentro de la pareja y evitar que amigos y familiares estén al tanto de estos detalles que no les corresponden en ninguna manera. Por eso es que filtrar la información que se da y saber en quién se confía y bajo qué parámetros y qué tipo de detalles se les da a las personas en quienes se confía”, propone Rodríguez.

No exponga a sus hijos a su rencor

“Los comentarios contra la situación o persona que falló no deben hacerse en presencia de los niños”, subraya Llanos, sin que aquello signifique minimizar lo sucedido o distorsionar la imagen de quien fue infiel, a favor o en contra. “Debe quedar claro ante los hijos que la infidelidad es una falta, un error que afecta a toda la familia, pues caso contrario estaremos dando un mensaje equivocado de que la infidelidad es algo ‘normal’ y que no hay ninguna consecuencia de ese acto”. Las preguntas deben ser contestadas cuando se presenten, pero sin caer en la tentación de hablar mal del padre o de la madre.

Mantenga la paz

Si decide terminar la relación con quien le fue infiel, sepa que la separación o eventual divorcio los afecta a todos. Por lo tanto, sugiere Llanos, la ayuda y apoyo deben ser para todos los miembros de la familia. “Evitar los mecanismos de defensa ante el dolor, como es el enojo, indiferencia, que son normales al inicio del rompimiento. El sanar las heridas es un proceso y cada uno tiene su tiempo para gestionar el dolor”. En esa transición, ella sí aconseja que los familiares ayuden como intermediarios a favor de los hijos, hasta que se gestione una relación sana entre los padres.

Apueste al futuro

Un especialista puede ayudarle a dar el paso al frente que necesita y dejar atrás la experiencia de la traición. Una importante recomendación es no saltarse el duelo o el luto de haber perdido una pareja o terminar una relación. “Pasar por las diferentes etapas del grieve y, dentro de ese contexto, entender cuál fue tu participación para saber de qué partes de esa relación de pareja te haces responsable y de qué partes no. Porque fue una relación de dos en donde hubo fallos y se dio un escenario no saludable y no acordado”, opina Rodríguez. Esta reflexión le dará herramientas para evitar repetir patrones negativos al elegir a su próxima pareja o volverse ‘tóxico’ con él o ella.

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¿Debo perdonar?

Identificar los factores de riesgo que motivaron de alguna forma la infidelidad reduce la probabilidad de que vuelva a ocurrir y en ese proceso deben participar los dos. Además, otros factores por analizar son si al infiel se lo descubrió voluntaria o involuntariamente, si existen antecedentes de esta conducta y la razón de la infidelidad. “Y esa respuesta solo la tiene él y debe entenderla y filtrarla para después transmitirla a su pareja. Tienen que hacer una revisión de cómo está su relación de pareja”.

¿Si el infiel lo confesó son puntos a su favor? En opinión de Mónica Llanos, no. Más importante es el arrepentimiento. “El arrepentimiento trae consigo un giro de 180 grados, reconocer la falta, restaurar su vida y matrimonio, pero estar alerta a las señales que pueden llevarlo o llevarla a una nueva infidelidad y caer en círculo vicioso”.