Una de las relaciones más complejas en el núcleo familiar es la que se tiene con padrastros y madrastras. Es que por principio, ellos no son miembros originales de ese grupo de personas que se conocen de toda la vida, que saben, en gran parte, sus gustos, miedos y alegrías, y que tienen un sinnúmero de anécdotas que han moldeado sus dinámicas.