En el reciente estreno de Disney y Pixar Inside Out 2 (Intensamente), un nuevo grupo de emociones hace aparición a medida que el personaje principal pasa de la niñez a la adolescencia. Una de ellas es ennuí, a veces traducida como aburrimiento y otras como apatía. Aunque en psicología puede ser usado para describir un estado permanente de desánimo, más que un aburrimiento pasajero.

La depresión leve no siempre es obvia ni se ve en forma de tristeza, lágrimas y falta de fuerzas para salir y enfrentar todas las actividades habituales. Alguien puede estar deprimido y esconderlo de otros o ni tan siquiera saberlo, solo percibir un malestar significativo que no le impide cumplir con lo esperado.

Ennui es la nueva emoción de Intensamente 2 | Foto: Captura del trailer

A esto se le llama depresión altamente funcional. Los roles y funciones familiares, laborales y sociales pueden estar al día. Se trabaja, se generan ingresos y se asiste a los compromisos. Pero no se siente satisfacción. Ese cumplimiento produce un gasto de energía mayor al que tendría una persona que está bien, detalla la psicóloga clínica Alejandra Cuadros López, docente de la Universidad Internacional del Ecuador.

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No es cuestión de tomar un test para saber si los síntomas coinciden; una única prueba psicológica no es suficiente. El proceso de diagnóstico tiene que hacerlo un profesional de salud mental. Observar, entrevistar y evaluar con el apoyo de varias pruebas y teniendo en cuenta el contexto de cada persona.

Sí se debe prestar atención a dos aspectos: que el malestar haya sido de larga duración y que esté presente la mayor parte del tiempo. No ignore o suprima estas sensaciones. El costo es personal, pero también familiar.

“Si un padre o una madre no se está sintiendo bien, a pesar de que quiera mucho a su hijo y cumpla con sus principales necesidades, pueden dejar de lado otras, como el afecto o el juego, por verse como no tan importantes. O las cumplen, pero no hay la conexión necesaria”, puntualiza la psicóloga Cuadros. “También puede pasar que el niño tenga una emoción muy intensa y una expresión emocional que se debe regular y la madre o el padre no lo logren, porque para hacerlo necesitan energía y recursos que ya agotaron, y pueden terminar gritando y maltratando, usando estrategias de regulación no efectivas”.

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En el ambiente laboral, se puede manejar la carga medianamente bien, pero cualquier cambio o situación que requiera mayor energía o conexión van a ser un problema. “Es como si un futbolista jugara un partido lesionado. Quizá en los primeros minutos no pasa nada, pero con el tiempo o en alguna jugada más compleja va a lesionarse más o no va a seguir jugando”.

Cumplir con lo esperado, pero sin sentir satisfacción personal en actividades que antes se disfrutaba es un malestar que, a largo plazo, requiere ayuda profesional. Foto: Shutterstock

Diferencias entre la tristeza y la depresión

Esta forma de depresión despista bastante y se ve en abundancia en la consulta. Alguien trabaja a tiempo completo, interactúa, se moviliza, e incluso pueden tener episodios en los que producen mucho, pero están totalmente decaídas. Pueden ir a una reunión social y ver amigos, pero en lo emocional están muy planas.

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Trastorno depresivo persistente tal vez sea una manera más certera de llamar a este tipo de dolencia, comparte la psicóloga clínica Glenda Pinto Guevara, quien ve a estas personas llegar con otros tipos de consulta. “No me siento bien en mi relación de pareja. Tengo problemas en el trabajo. Me agoto, me fastidio, tengo mucho estrés”. O también: “Yo disfrutaba de esto, ahora ya no”. La indagación muestra que la persona está leve y continuamente deprimida, sin saberlo.

Foto: Shutterstock

Hay tres probables causas para este tipo de depresión. Una son los traumas que la persona trata de olvidar para protegerse. Algún otro suceso parecido da origen a una crisis.

Otra es la depresión intergeneracional, que viene por genética pero también por compartir hábitos.

Y también están las frustraciones no resueltas. “La persona decide evitar, dejarlo guardado, y en algún momento va a molestar.

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Pinto invita a hacer la distinción entre tristeza y depresión y no usar este término a la ligera. “La tristeza es puntual, tiene un porqué. Usted perdió su pareja, una oportunidad, algo especial. Sabe de qué se trata. La depresión es más difusa, usted se siente mal, no tiene deseos de nada, pero no sabe decir por qué.

‘La problemática de ansiedad y depresión está golpeando más a la población juvenil, hemos visto un alarmante crecimiento’

Si no se trata, usted podría acostumbrarse a esa forma de vivir y negar que hay problema alguno, mientras se involucra en diversas actividades para no prestar atención al malestar. Dando el máximo esfuerzo, pero sin sentir la recompensa. Felicitándose por ser ‘multitarea’ y sufriendo el desgaste.

Por eso, ir por cuenta propia al gimnasio, de vacaciones o dedicarse al arte no tendrá un efecto duradero. “La terapia cognitivo conductual ayuda a detectar los pensamientos que motivan las acciones y a manejar mejor las emociones. Hay buenas herramientas en la terapia breve estratégica”, menciona Pinto. “Pero deben ser manejadas por un profesional”.

El derecho a sentirse bien y no solo funcionar bien

El bienestar emocional y psicológico suele menospreciarse en muchos contextos, estima Cuadros. “No creo que esto sea algo actual, antes bien es más común que las personas acudan a una consulta psicológica, no necesariamente por un trastorno psicológico, sino con una demanda de bienestar. Lo cual es correcto”.

Las banderas rojas de la depresión oculta son las emociones. El miedo, el enojo, la ansiedad y la tristeza que se quedan por mucho tiempo componen el malestar, que no es lo mismo que el cansancio, porque este no necesariamente quita la alegría y el sentido de propósito.

Y otra señal es lo que piensan las personas que son significativas para nosotros. Como la pareja que nos dice que nos ve ‘desconectados’ de la relación, aunque los dos sigan con su rutina habitual.

La psicóloga Pinto recomienda que en algún momento del día hagamos un checklist de nuestras emociones: Me sentí mal, quise llorar, quise desahogarme, quise descansar, ¿lo hice? “Si las respuestas son no, no y no, me estoy fallando, algo me estaba diciendo mi cuerpo y no dejé que se expresara”.

Insiste en que buscar agotarnos todo el tiempo tendría que llevarnos a preguntar por qué. “Puede ser una manera de tapar para no sentir los problemas emocionales, porque nos causa mucho dolor verlos. El camino no es evitar la situación, es necesario pasar por el medio para solucionar el dolor. Para eso están los especialistas”. (I)