Los calorones de la menopausia, también llamados sofocos, son un síntoma que suele presentarse en la transición de la menopausia. Este suele ser incómodo y ocurrir principalmente en la noche como sudores nocturnos.

El Instituto Nacional del Envejecimiento explica que estos malestares pueden ser tan intensos que incluso, pueden interrumpir la vida cotidiana de la mujer que los siente. También que, mientras más temprano aparezcan, más tiempo pueden durar.

Asimismo, si los calorones son muy molestos, la persona puede optar por buscar la razón que los está causando cuando molestan, de modo que pueda manejar mejor los síntomas. Aunque en algunos casos duran solamente algunos meses, en más de la mitad de las mujeres pueden prolongarse por hasta siete años o más, destaca Mejor con Salud.

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Tanto la intensidad como la duración y el comienzo de los sofocos pueden variar. Foto: Freepik

¿Cuánto tiempo dura un episodio de sofoco por la menopausia?

Tanto la intensidad como la duración y el comienzo de los sofocos pueden variar en cada mujer, ya que hay varios factores que pueden influir en la forma en que se manifiestan estos síntomas incómodos.

Por ejemplo, un episodio puede durar entre 30 segundos y 5 minutos y se puede presentar en el día o en la noche. La diferencia es que en el día se puede repetir hasta en dos oportunidades, mientras que en las noches solo ocurre una vez.

Este es el síntoma menos conocido de la menopausia que se manifiesta en la boca y es tremendamente molesto

Estos calorones llegan a su fin cuando la mujer entra en la posmenopausia (un año después de su última menstruación), aunque también hay algunas que pueden tenerlos por muchos años o incluso, por toda su vejez.

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Los calorones de la menopausia afecta la cotidianidad de la mujer. Foto: Sean De Burca

Factores que inciden en la duración e intensidad de los calorones

  • Estrés.
  • Fumar.
  • Obesidad.
  • Ropa ajustada.
  • Clima caluroso.
  • Comida picante.
  • Ingerir cafeína.
  • Consumo de alcohol.
  • Factores hereditarios.
  • Problemas de tiroides.
  • Bajos niveles de estrógeno.
  • Sedentarismo o poca actividad física.
  • Medicación crónica con tamoxifeno, raloxifeno o antidepresivos.

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