Existen bromas o afirmaciones que se repiten tantas veces que para muchos se convierten en una realidad, aunque estén alejadas de ella.

Es el caso de aquella creencia difundida que señala que el beber vino y comer sandía provocaría un desenlace fatal para quien lo hace, debido a que podría causar el entumecimiento del estómago o un envenenamiento de la sangre por reacciones químicas.

Algunos dan crédito a estas afirmaciones basándose en un experimento que consiste en introducir un trozo de sandía en un vaso de vino. Al hacer esto la fruta se endurece, por lo que se cree que al consumir estos productos combinados podría ocurrir lo mismo en el estómago.

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No obstante, el expresidente de la Organización Mundial de Gastroenterología Henry Cohen ha explicado qué sucede realmente en ese caso. “El estómago es un medio diferente a un vaso. Tiene ácido, tiene pepsina, tiene todas las sustancias necesarias para que nosotros podamos digerir adecuadamente los alimentos. Por eso es que el ser humano puede comer cosas tan variadas”. afirmó.

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“Por supuesto, si te comes una sandía entera y te tomas dos litros de vino en pleno verano te puede caer mal, pero seguramente tampoco te vas a morir, y tampoco va a explotar nada dentro de tu abdomen”, agregó.

Con esta afirmación concuerda la nutricionista Sthefania Esparza, quien además agrega que “no hay ninguna interacción química ni tampoco acciones farmacológicas” que causen algún perjuicio al organismo al consumir vino y sandía. Señala también que en su experiencia ha visto casos en los que frutas como la toronja, naranja y, con menos frecuencia, manzanas interaccionan con fármacos, pero no con alcohol, a menos que sea una mala combinación de este o, quizás, un caso aislado en el que la persona resultó ser alérgica y tiene una crisis de anafilaxia (reacción puede ocurrir segundos o minutos después de la exposición a un agente alérgeno).

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El periodista argentino Facundo Di Génova se ha referido también a esta creencia en su libro El barman científico, en el que explica la sandía posee el aminoácido denominado L-arginina, que luego de ser metabolizado en el organismo por una enzima produce óxido nítrico, que es un potente vaso dilatador natural. De allí se inspiraron para la creación de la pastilla conocida como viagra. Además, el vino también tiene componentes vaso dilatadores y eleva los niveles de serotonina, que es un neurotransmisor que se encarga de regular de deseo sexual. Lo que vendría a indicar que la combinación en realidad en lo que podría convertirse en es un cóctel afrodisíaco.

El curioso posible origen del mito

Según una publicación de diario Clarín, la idea de que la mezcla del vino con la sandía podría causar una muerte súbita también podría venir de una antigua leyenda.

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La historia dice que por el año 1800, en una localidad de algún lugar donde se practicaba el catolicismo, un monasterio comenzó a investigar por qué en la zona se cometían muchas violaciones sexuales. Pese a dedicaron varios días a investigar, no hallaron explicación a lo que ocurría.

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En dicha región se cultivaban uvas y sandías, por lo que era común que durante las comidas se tomará vino y comiera sandía como postre. Clarín señala en su artículo que esto causaba que la libido de las personas creciera exponencialmente, por lo que la Iglesia decidió tomar cartas en el asunto.

Desde el monasterio se empezó a difundir la idea de que quien consumiera estos productos combinados pasaría una eternidad en el infierno, pero esta afirmación se deformó hasta que se llegó a la creencia de que hacerlo podría causar la muerte. (I)