Una vida saludable se caracteriza por un consumo moderado de alimentos, actividad física constante e hidratación. Esta combinación reduce los riesgos de padecer problemas cardiovasculares, sobrepeso, estrés, diabetes, entre otros.

Los hábitos alimentarios varían de acuerdo a las necesidades y preferencias de cada persona, pero hay alimentos que es mejor evitar en la cotidianidad debido a su alto contenido dañino para el cuerpo humano.

Entre estos se encuentran:

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Las bebidas azucaradas:

Las gaseosas y otras bebidas azucaradas forman parte de los alimentos ultraprocesados. El azúcar añadido aumenta la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y Alzheimer.

Un estudio realizado por la Asociación de Industrias de Bebidas no Alcohólicas (AIBE) y Grupo Spurrier y publicado en Diario El Universo en el 2019 muestra que el 61% de las ventas de bebidas no alcohólicas en el país corresponde a las gaseosas.

Grasas Trans

Las grasas trans aumentan los niveles de colesterol LDL (malo) y reducen los niveles de colesterol HDL (bueno) según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. También contribuyen al aumento de peso, y se las encuentra principalmente en frituras, mantecas y masas para pasteles.

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La Asociación Americana del Corazón recomienda que se debe limitar el consumo de grasas trans a menos del 1% de sus calorías diarias.

Azúcar refinada y adicionada

El consumo en exceso de azúcar refinada conduce a enfermedades como la diabetes y la obesidad, además de causar trastornos psicológicos como ansiedad, adicción y depresión. La OMS recomienda que únicamente el 5% del valor de las calorías diarias pertenezca al azúcar añadida.

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Esta se encuentra normalmente en comidas como postres, galletas, pan, jugos y bebidas.

Grasas saturadas

La Dra. Paola Sánchez, experta en nutrición, opina que el consumo de grasas saturadas debe ser limitado, pero no eliminado por completo. Eso sí, hay que evitar las grasas que provengan de los embutidos. En abundancia, las grasas saturadas pueden causar problemas cardíacos fatales y trastornos neurodegenerativos, como el Alzheimer.

Glutamato monosódico

El glutamato monosódico es un potenciador añadido de sabor en la comida, que la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense ha reconocido como ‘generalmente seguro’. Aún así, Mayo Clinic ha recopilado reacciones adversas a este componente, como las náuseas, dolor de cabeza, enrojecimiento de la cara, sudoración, entumecimiento, dolor en el pecho, etc.

Este potenciador puede encontrarse en alimentos procesados como la carne y comidas enlatadas.

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Pescados con altos niveles de mercurio

Aunque el pescado y los mariscos aportan proteína y nutrientes en una dieta saludable, no siempre es bueno consumirlos. Casi todos los pescados contienen rastros de mercurio, y la Administración de Alimentos y Medicamentos aconseja a las mujeres embarazadas, lactantes y niños pequeños a consumirlos en pequeñas cantidades.

El metilmercurio, el componente dentro de estos animales, es un potente agente neurotóxico y un exceso de consumo podría provocar una parálisis cerebral. Este se forma de manera natural, pues el mercurio cae del aire pero se convierte en metilmercurio en el agua de los océanos, donde es absorbido por los peces que se alimentan en ese banco de agua.

El mercurio se encuentra principalmente en la carne de tiburón, del pez espada y del atún albacora. Los que contienen un rastro menor de mercurio son el atún enlatado, los camarones, el salmón y el pez gato. (F)