Hay personas que usan la nevera como si fuese una despensa para guardar los alimentos, también hay otro grupo procura guardar las sobras para no desperdiciar la comida y mantenerla fresca; sea cual sea el caso, esto es un error.

Reseña El Diario que no todos los alimentos pueden conservarse refrigerados por varios días sin poner en riesgo la salud y es que, aunque hay productos que en apariencia están en buen estado, pueden volverse tóxicos sin mostrar señales evidentes.

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En este punto, es de gran importancia ser consciente de cuáles son los alimentos más sensibles y saber cómo conservarlos, algo que implica la manipulación, la higiene y la temperatura de almacenamiento.

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Algunos alimentos pierden sus propiedades y características al ser sometidos al frío y humedad de un refrigerador.

¿Qué puede afectar la seguridad de los alimentos?

Para los científicos es de suma importancia desinfectar correctamente las verduras, también el saber manipular los utensilios usados y cuidar las superficies sobre las que están los productos. Asimismo, aconsejan que la temperatura del frigorífico se mantenga entre 0 y 4 °C, para que sea menos posible el crecimiento bacteriano.

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No guardar los alimentos calientes directamente en la nevera también es importante, ya que puede incrementar la temperatura interna y fomentar la proliferación de microorganismos.

¿Cuáles son los alimentos que tienden a volverse tóxicos?

La nutricionista Blanca García Orea explica en su libro “Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes” que aquellos alimentos muy húmedos y con un pH neutro son muy vulnerables al crecimiento bacteriano; asimismo, alerta que hay algunas toxinas que se pueden desarrollar sin alterar el olor, el sabor o la apariencia de la comida.

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Según Men’s Heatlh, estos son los alimentos que se deben consumir en un máximo de dos días luego de haber sido preparados o comprados:

  • Arroz y pasta cocidos.
  • Carne y pollo picados crudos.
  • Aves cocinadas o crudas.
  • Pescado crudo o marinado.
  • Ensaladas en bolsa o zumos no pasteurizados.
  • Guisos con carne.
  • Huevos cocidos.
  • Sopas y caldos sin carne ni pescado.
  • Pollo asado.
  • Lentejas cocidas.
  • Puré de patata.
  • Salsas caseras.
  • Sopa de tomate.

(I)

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