El cuidado de la piel en pacientes oncológicos va más allá de una cuestión puramente de salud de este órgano, el más grande del cuerpo humano. También influye en el estado psicológico del paciente: determina cómo las personas perciben al paciente con cáncer y cómo se percibe a él mismo. Un buen cuidado de la piel puede influir mucho en el estado de ánimo del paciente.

Entre los tratamientos de cáncer están la radioterapia y la quimioterapia. La diferencia, explica la cosmetóloga y dermocosmiatra Gisela Salvador, es que la radioterapia manda altas ondas de radiación para eliminar tumores, mientras que la quimioterapia es un tratamiento sistémico y se administra mediante un catéter. La radioterapia, además, quema la zona del cuerpo donde se la aplique.

Cada paciente, continúa Salvador, tiene una reacción en la piel que depende del “tipo de radiación y del tipo de quimioterapia” que reciba. “No es lo mismo un paciente que esté en un estadio 1, el inicial en un cáncer, quien va a recibir tratamiento más leve, comparado con una persona con metástasis, que recibirá un tratamiento que causará muchos más estragos en la piel”, expone.

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Algunos de los síntomas de la piel comunes en pacientes oncológicos son la xerosis cutánea (piel seca) en todo el cuerpo y alopecia (pérdida del cabello), en el caso de la quimioterapia. En el caso de la radioterapia, el proceso implica generar quemaduras, pigmentaciones, fisuras o grietas en la piel, y no genera alopecia, subraya la dermocosmiatra.

Recomendaciones

“Lo primero es respecto a la higiene. Es importante que el paciente no use jabones muy alcalinos”, pues generan resequedad. En vez de jabones muy fuertes, Salvador recomienda el uso de jabones syndet, que son productos sin detergentes o jabones con un nivel de pH neutro. En el caso de manos y uñas, es recomendable utilizar productos hidratantes y aceites para fortalecer las uñas.

Además —añade— el paciente debe procurar hidratarse mediante el uso de cremas con ceramidas, que son lípidos esenciales para mantener hidratada la piel, y ácido hialurónico, importante para retener agua en los tejidos. Las duchas con agua caliente también resecan la piel, por lo cual los pacienten deberían optar por baños con agua de temperatura templada y de corta duración.

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Otra consideración para hidratar la piel es procurar aplicar productos con elementos como aloe, que tengan la presencia de reparadores cutáneos y que no contengan parabenos ni perfumes, pues podrían tener un efecto irritante.

El sol es algo que el paciente oncológico debe evitar sin excepciones, pues los procesos de tratamiento causan que la piel esté en un estado mucho más “reactivo”. En el caso de que sea imposible evitar salir al sol, debe utilizar un protector solar con un factor mínimo de 50, indica Salvador. Es probable que aparezcan manchas en la piel durante el tratamiento, pero las pigmentaciones desaparecerán al finalizar el tratamiento. “Así no salga de la casa, debe usar protector solar”, recomienda.

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“La piel del paciente oncológico se sensibiliza con cualquier cosa”, comenta. “Si yo tengo mi piel sensible y salgo al sol sin protección, lo que voy a producir es que mi piel se lacere, mi piel se queme, mi piel se lastime. Por eso es importante el uso del protector solar”.

El efecto emocional de los tratamientos contra el cáncer en el paciente es “total”. Salvador señala que es importante que la oncología sea apoyada por otras ciencias, como la psicología y la dermatología. “Es una etapa dura. Es importante que no solo el paciente reciba ayuda: también el familiar. Lo digo por experiencia: mi esposo pasó por cáncer. Se ponen con un genio difícil, pero uno debe entenderlos, por la etapa por la que están pasando”.

La familia debe ser empática con el paciente. “Es duro. Mi esposo hizo tratamiento oral. Las manos se le pusieron totalmente oscuras; eso era algo que le afectaba mucho psicológicamente. Como familiar, uno debe tener tolerancia y comprensión”, explica Salvador, quien habla a sus pacientes y sus familiares sobre el soporte emocional que necesitan las personas que están pasando por tratamientos de radio- y quimioterapia basándose en su experiencia personal con su esposo.

“Como yo ya pasé por esto, me meto un poco más en la parte emocional del paciente, para que se sientan acompañados (...). Eso les gusta a mis pacientes, porque les doy esa confianza de que se puedan expresar”, recalca.

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Una de las pacientes a las que trató Salvador que más han visto afectada su piel fue una mujer con cáncer de seno avanzado que recibía tanto quimioterapia como radioterapia. “La paciente que tiene cáncer de seno debe hacer un tratamiento de bloqueo durante cinco años. Este tratamiento produce xerosis. En su caso, fue complicado devolverle la hidratación a la piel de la cara y a la piel del cuerpo”, explica. Actualmente, sin embargo, su piel “mejoró muchísimo”. (I)