El aceite de onagra es un producto no tan conocido que debería ser de consumo fijo en la rutina diaria. Con una amplia gama de beneficios, destaca por su capacidad para ayudar a controlar condiciones como la diabetes y la artritis, además de aliviar el dolor de vientre.
Originario de América del Norte, es utilizado por los nativos americanos por sus propiedades medicinales. Incorporar el aceite de onagra a su vida podría ser una excelente manera de aprovechar sus efectos saludables, según indica el portal The Healthy.
Cuáles son los beneficios del aceite de onagra
El aceite de onagra, extraído de las semillas de la planta Oenothera biennis, es rico en ácido gamma-linolénico (GLA), un tipo de grasa saludable.
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Según expertos como Catherine Uram, MD, de la Universidad de Arizona, citada por el portal The Healthy este aceite ofrece alivio para condiciones como el síndrome premenstrual, sofocos de la menopausia y la endometriosis.
Además de potenciales beneficios para condiciones en la piel como el eczema y el síndrome de fatiga crónica.
Investigaciones revelan que puede reducir la inflamación, ayudar a controlar la diabetes tipo 2 y la artritis reumatoide.
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No obstante, el portal antes citado menciona que los resultados de los estudios varían e indican que los efectos pueden ser más significativos en algunas personas que en otras.
Cómo se usa el aceite onagra
El aceite de onagra se administra comúnmente en cápsulas y la dosificación varía según la condición tratada.
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Por ejemplo, para el síndrome de fatiga crónica, Catherine Uram recomienda que el consumo conjunto de aceite de onagra y aceite de pescado podría ser beneficioso.
Contraindicaciones del aceite de onagra
Uram advierte que las mujeres embarazadas no deben consumir aceite de onagra y aquellas en periodo de lactancia deben buscar asesoría médica antes de usarlo.
Además, este aceite puede incrementar el riesgo de convulsiones en personas con epilepsia y puede interactuar con medicamentos metabolizados por el hígado, aquellos que alteran la coagulación sanguínea y los anestésicos.
Personas con esquizofrenia que están bajo ciertos tratamientos también podrían ver aumentado el riesgo de convulsiones, por lo que se recomienda consulta médica antes de su uso. (I)
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