La ansiedad es una sensación de nerviosismo, preocupación o malestar que llega como respuesta normal a una amenaza o una situación de estrés psicológico. Es determinante para la supervivencia, ya que se hace presente cuando una persona está ante una situación peligrosa y desencadena que esta luche o huya para salvarse.

También puede permitir la adaptación a situaciones estresantes más comunes, motivando a la persona a prepararse, practicar y ensayar, pero se le considera un trastorno cuando aparece en momentos inapropiados, llega con frecuencia y con una intensidad tan alta que interfiere en las actividades diarias, reseña Manual MSD.

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¿Cómo saber si tengo un ataque de ansiedad?

Un ataque de ansiedad puede convertirse en una experiencia terrible, pues este se puede apoderar del cuerpo y generar una gran cantidad de síntomas físicos y emocionales, entre ellos Health destaca los siguientes:

Síntomas emocionales:

  • Preocupación excesiva.
  • Miedo intenso y agobiante.
  • Sentir que se pierde el control.
  • Una sensación de fatalidad inminente.
  • Inquietud o nerviosismo.
  • Dificultad para pensar.

Así puedes identificar los síntomas de ataques de ansiedad

Síntomas físicos:

  • Sudoración excesiva.
  • Latidos acelerados.
  • Problemas para respirar.
  • Temblores o sacudidas.
  • Dolor en el pecho.
  • Náuseas.

La duración de estos episodios intensos y temporales puede variar, ya que su duración va de entre unos minutos hasta un par de horas.

Foto: Freepik.

¿Cómo prevenir un ataque de ansiedad?

Hay que estar consciente que los ataques de ansiedad no se pueden prevenir todo el tiempo, debido a que son repentinos e inesperados; no obstante, si alguien sufre de estos episodios con frecuencia, algunas técnicas pueden disminuir la posibilidad de tenerlos en el futuro.

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  • Determinar qué factores desencadenan los ataques de ansiedad y evitarlos en la medida de lo posible.
  • Practicar técnicas de atención plena y relajación, como la meditación o el yoga.
  • Darle prioridad al sueño.
  • Hacer actividad física o ejercicio regularmente.
  • Consumir menos alcohol y cafeína.
  • Comer varias veces en el día.
  • Técnicas del manejo del estrés como compartir con los seres queridos o realizar un pasatiempo que disfrute.

(I)

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