Cuando comenzó la pandemia del COVID-19 en Ecuador, la familia de Ángela Delgado se volcó a consumir jugos de tomate riñón con cáscaras y semillas, zumos de zanahoria, de naranja, aguas aromáticas de jengibre con limón, entre otros. “Queríamos aumentar las defensas, tenerlas elevadas por si nos contagiábamos del virus que estaba dejando muchas muertes en ese tiempo”, recuerda esta guayaquileña.