En Ecuador 2′402.227 jefes de hogar tienen al menos un hijo, según datos registrados hasta abril del 2021 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Un estudio presentado en 2019 con el impulso de The Family Watch (Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia) destaca como irremplazable la figura paterna en la crianza de los hijos.

El análisis científico desarrollado por la profesora María Calvo, de la Universidad Carlos III, de Madrid, señala a la influencia de un padre como clave en el desarrollo de sus hijos. El estudio internacional indica que las condiciones de apego con el padre son tan fuertes como las de la madre.

El 69,30 % de hogares en Ecuador tiene como jefe de estos a un padre y el 30,70 % a una madre. El INEC anota que los ecuatorianos tienen en promedio dos hijos.

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En Ecuador 2′175.586 hombres jefes de hogar son parte de la población económicamente activa (PEA), el 2,84 % de ellos está en el desempleo.

Día del Padre 2021: ¿cuándo es y por qué se celebra?

En coincidencia con el estudio publicado por The Family Watch, una empresaria, una maestra, un cantante y un concejal de Guayaquil destacan que la herencia más preciada que han recibido de sus padres no es un bien sino valores, enseñanzas y vínculos afectivos que los hicieron inolvidables.

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Caterina Costa: Mi papá me mostró el amor por la familia y la búsqueda de la excelencia

La empresaria Caterina Costa junto con su padre, Felipe Costa Echeverría.

La presidenta de Poligrup S. A. y extitular de la Cámara de Industrias de Guayaquil, Caterina Costa, fue incluida en el top de 100 líderes con mejor reputación de Ecuador en 2020. La empresaria tuvo como mentor a su padre, Felipe Costa Echeverría, quien fue su primer jefe cuando era cónsul de Canadá. Habla de él con admiración y gratitud, con amor y respeto, con alegría y nostalgia.

Recuerda a su padre tras la muerte de su hermano. “En lo familiar, se volcó a mis sobrinos que quedaron huérfanos, y en lo profesional: a mi hermano lo enterramos un sábado, y el lunes estábamos en la empresa. Mi papá siempre decía: ‘Aquí hay cientos de personas que dependen de nosotros, tenemos que recoger nuestros pedazos del piso y levantarnos por ellos’”.

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En octubre pasado murió José Felipe Costa Echeverría, el hombre que le enseñó a Caterina que una mujer es intocable, que jamás debe tolerar la violencia, el que le inculcó el trabajar con esmero, que no le dio privilegios por el hecho de ser su hija, ni en la diplomacia, ni en la empresa familiar que cumplió 42 años de fundada esta semana.

“Él siempre fue muy exigente conmigo, pero también me apoyó en todo lo que me proponía”, recuerda. Recalca también el rol social de su padre a través del Club Rotario, de la Cruz Roja y de la Fundación Niños con Futuro.

Para Caterina, el legado más valioso que dejó su papá es el amor por la familia y su búsqueda constante de la excelencia dentro de la empresa, pero con solidaridad. Y tras su muerte, ella se propuso cumplir los proyectos que dejó pendientes y las promesas que había hecho: una casa para un guardián, una moto y una bicicleta para otros colaboradores... “Cuando pasan cosas buenas nosotros siempre decimos: Esto nos lo manda él y mi hermano que también fue un padre excelente”, sostiene.

Gema Monserrate: Con mi padre aprendí el trabajo, él no daba espacio a la mediocridad

La maestra Gema Monserrate junto con su padre, José Monserrate.

Gema Monserrate Cedeño tiene 23 años. El 2020 vivió lo que ella describe como una dura y difícil prueba: en octubre de ese año perdió a su padre, José; a su tía Martha y el esposo de ella, a su abuela paterna también con el esposo. Todos por el COVID-19. Miss Gema, como la llaman sus alumnos, a los que desde el martes pasado recibe en clases presenciales, o al menos a una parte de ellos, tuvo una relación especial con su padre. Franca, directa, pero también de amor infinito.

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Dice que su papá la aconsejaba siempre con palabras sinceras y transparentes, que no eran tan dulces pero tampoco bruscas. Y hace diferencias en la relación que su padre tenía con su hermano José Miguel: “Yo soy más tajante en tomar decisiones, defiendo mis puntos de vista y le discutía las cosas a mi papá, y él siempre trataba de hacerme cambiar de idea con argumentos; pero con mi hermano era más directo, le decía que no quería que fuera vulnerable. Es que mi hermano, aunque no parece, es más tímido e introvertido”.

Gema sostiene que para ella y su hermano la mayor herencia que dejó su padre fue la enseñanza del trabajo, a no ser mediocres. Echa una mirada atrás y comenta: “Lo que más extraño de mi papá es estar acostados y que me moleste, que me cante... Él no demostraba ante las personas ese cariño, pero cuando estábamos a solas, con mi mamá, hacía juegos; extraño esos momentos”.

Tras la muerte de su padre, Gema empezó a transmitir reflexiones sobre diferentes momentos de su vida en Instagram, donde suma casi 3.500 seguidores. Dice que esto le ha permitido ser apoyo de otras personas, pero también componerse. Dios le dio fortaleza, señala.

Sergio Vivar: Mi papá me enseñó que un ‘no puedo’ no es una opción

El cantante Sergio Vivar, su hermano Johnny y su padre, Jacinto, en una foto del recuerdo. Foto: Cortesía

“Checho, necesito que hagas un diagrama”. El día que Sergio Vivar, el intérprete de Una prueba de amor, recibió esa orden tenía 16 años, y lo que siguió se convirtió en la herencia más preciada que recibió de su padre, Jacinto Vivar, quien murió por un cáncer 14 años después.

El padre del artista tenía una empresa de seguridad electrónica y precisamente la orden era hacer un diagrama para la colocación de cámaras. Sergio respondió que no sabía armar un plano y su padre le dijo: “Nunca en la vida digas yo no puedo ni sé hacer algo porque tienes todas las herramientas a la mano para aprenderlo, así que en este momento investigas, buscas libros, internet, buscas lo que tengas que buscar y cuando venga me tienes la solución lista, porque nunca en la vida puedes estancarte porque dices que no sabes hacer algo”.

A raíz de esta enseñanza sabe que un “no puedo no es una opción en la vida”. Y valora el apoyo que recibió de su papá, quien, pese a no estar de acuerdo con su carrera musical, lo respaldó en sus estudios de composición y arreglos orquestales en el Instituto Superior de Artes de La Habana, Cuba, y de ingeniería y producción de sonido en Milano, Italia.

Con una sonrisa recuerda que en su juventud renegaba de que le dieran el carro que ya nadie usaba. Hoy aprecia y recalca la sabiduría de su padre. Lo que más valora no es lo material, sino la honestidad y el respeto que le inculcó. Para Sergio, la figura paterna inspira respeto y aunque en su adolescencia pudo ser rebelde dice que siempre obedecía, aun cuando estudiaba fuera del país, y cuando su papá murió su mayor temor era pensar quién lo aconsejaría, pese a que tenía ya 30 años.

Relata que cuando compuso la canción Adiós, para su padre, no podía evitar llorar recordando todo lo compartido y la difícil lucha contra el cáncer.

Jorge Rodríguez: Me esfuerzo por ser un poco de lo buen padre que fue mi papá

El concejal Jorge Rodríguez (d) junto con su padre, Flavio Rodríguez. Foto: Cortesía

El año pasado, Jorge Rodríguez, el concejal y expresentador de noticias, perdió a su padre y luego a su madre, con solo once días de diferencia. Flavio Rodríguez Moreno, quien aspiraba a que su hijo siguiera una carrera militar como él, murió a causa del COVID-19 el 13 de abril de 2020, y días después de una larga enfermedad venció a Leticia, su compañera de vida. Jorge está convencido de que el corazón de su mamá sintió la pérdida de su esposo y se apagó.

Para el político su padre está presente, y en sueños conversa con él... “Era mi todo, mi ejemplo. Él salió muy chiquito de Alausí y trabajó en lo que pudo. A los 18 años entró a la FAE, y cuando se retiró se dedicó al comercio. Yo le decía que era un serrano falso”, cuenta con nostalgia al relatar que su papá fue friolento, amaba la playa, el calor de Guayaquil y solo le faltó ser barcelonista.

“Ahora que él ya no está, con los peluches, mis hijos, viajamos mucho, y eso me lo enseñó él: a valorar la familia; con mi papá recorrimos la Sierra, el Oriente...”.

Otra herencia que atesora Jorge es la responsabilidad. Don Flavio fue su primer modelo. “Lo más grande, lo más alto a lo que yo pudiera alcanzar... Ahora me reconozco mucho en él”. Sonríe al recordar que detestaba que su padre lo despertara temprano con su disciplina militar, pero ahora lo replica con sus hijos. “Él creyó en mí siempre, me decía ‘tú vas a lograr todo lo que te propongas, simplemente cree en ti, trabaja duro, sé honesto, no te pares en la cabeza de nadie para subir’”. “Son cosas que yo tengo marcadas a fuego en mi corazón y trato de enseñárselas a mis hijos. Si logro ser la mitad de lo buen padre que fue mi papá, habré cumplido en la vida”. (I)