Un grupo internacional de astrónomos ha identificado una inmensa estructura espacial ubicada sorprendentemente cerca de nuestro vecindario cósmico. Se trata de Eos, una enorme nube compuesta principalmente por hidrógeno molecular, localizada a solo 300 años luz de la Tierra, detalló El Confidencial.
Su descubrimiento fue posible gracias a una innovadora herramienta de detección que permitió captar su tenue resplandor en el espectro ultravioleta lejano.
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El hallazgo fue liderado por Blakesley Burkhart, físico y astrónomo de la Universidad Rutgers, cuyo equipo publicó sus resultados en la revista Nature Astronomy.
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Un hito en la exploración espacial
El trabajo marca un hito en la exploración del espacio, ya que por primera vez se logra detectar directamente una nube molecular gracias a su emisión de hidrógeno en el ultravioleta lejano.
Eos, con forma de media luna, se extiende a lo largo del límite de la llamada “Burbuja Local”, una cavidad de gas caliente que envuelve el sistema solar.
Según los científicos, esta nube alcanza un diámetro equivalente a 40 lunas llenas y posee una masa que supera más de 3.000 veces la del Sol, lo que la convierte en una de las formaciones más masivas y próximas jamás observadas en el universo conocido.
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El equipo logró identificarla usando datos del espectrógrafo FIMS-Spear, que analiza la luz ultravioleta y descompone su espectro, revelando la firma de moléculas que emiten fluorescencia.
Según explican los investigadores, el hidrógeno presente en Eos podría haberse originado en los momentos más antiguos del cosmos, tras el Big Bang. Estas partículas habrían viajado por más de 13.000 millones de años antes de integrarse a la Vía Láctea y formar parte de esta nube cercana al Sol.
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Este avance no solo ofrece una visión inédita del entorno galáctico inmediato, sino que también redefine cómo se pueden localizar estructuras ocultas en otras regiones del universo.
(I)