Un comentario gracioso entre amigos es señal de confianza. Pero los comentarios agresivos disfrazados de jovialidad o de buenas intenciones, que enmascaran descontento o enojo, son sarcasmo, y pueden ser crueles con el que los recibe (aunque no proteste).

Puede ser algo que suena tan simple como “te ves bien para la edad que tienes”. O bromear con el embarazo de alguien, hombre o mujer, para señalar que ha ganado peso. Es incómodo que ocurra en el trabajo o el aula, pero es especialmente doloroso cuando pasa en el hogar, donde cada uno se relaja, baja la guardia y espera sentirse seguro.

Los comentarios personales no solo están ligados a la imagen, sea el vestuario o el físico, sino que también tocan la vida privada y familiar, la estabilidad mental, el pasado profesional. “Es un abanico muy grande que influye en la reputación de una persona”, dice Nadia Díaz, gerenta de la escuela de etiqueta para niños y adultos Miss Right (IG @missrightec).

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20/08/2023. Las bromas en el grupo de amigos, en el colegio o en el trabajo hacen bien, siempre que todos estemos divirti�ndonos y que la sensibilidad de ninguno sea sacrificada en nombre del humor. LA REVISTA, SOCIEDAD, SHUTTERSTOCK Foto: Shutterstock

Es cierto que hay cosas que todos tenemos que oír por nuestro bien, pero solo pueden decirlas aquellos que están en nuestros círculos más cercanos, los amigos de confianza. “Las personas que han estado en todos los momentos de nuestra vida, que tienen la autorización para preguntarnos cómo estamos”. Y aun así, enfatiza Díaz, la familia y los amigos deben tener muchísimo cuidado cuando con herir susceptibilidades.

Lo importante de un comentario personal, por verdadero y bien intencionado que sea, es que pueda aportar a la vida del otro de forma positiva, sea en la autoestima (cómo se siente), en las relaciones personales, en la apariencia o en el desempeño profesional.

Cuando se está en un ambiente laboral, hay que tener mucho tino para interactuar y referirse a los compañeros. “Jamás vamos a hablar de su peso ni de su apariencia; tampoco hay que tocar temas familiares o la dinámica dentro de sus hogares, porque sería irrumpir en su privacidad.

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Ponerse la camiseta y otros mitos de la motivación laboral

Entonces es mejor que usted reserve ese tipo de opiniones para su círculo familiar y de amistades. “Si voy a una fiesta, mi mamá, mi hermana o mi esposo son las personas que pueden sugerirme mejorar mi vestuario, para que pueda proyectarme con más seguridad frente a los demás”.

La idea de los comentarios personales, así sea con nuestra familia o nuestros amigos, es que no sean una crítica, sino un impulso para que las personas a las que amamos y apreciamos puedan alcanzar un mayor grado de confianza en el ambiente donde se desenvuelven.

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20/08/2023. Las bromas en el grupo de amigos, en el colegio o en el trabajo hacen bien, siempre que todos estemos divirti�ndonos y que la sensibilidad de ninguno sea sacrificada en nombre del humor. LA REVISTA, SOCIEDAD, SHUTTERSTOCK Foto: Shutterstock

Si lo que cree que tiene que decir no aportará en nada a este propósito, es mejor no compartirlo. “Se trata de vivir en convivencia y construir relaciones sanas”. Tampoco abandone al otro a su suerte por miedo a ofender. Busque comunicarse de manera constructiva. Recomiende cambios tal como le gustaría que lo hicieran con usted. Ofrezca opciones.

Recibiendo comentarios hirientes en el trabajo

Responder a un comentario malintencionado o imprudente puede hacer que la situación escale, señala la experta en conflictos, comunicación y dinámica laboral (así como autora de libros y podcáster) Amy Gallo. Pero permitir que le hagan lo mismo una y otra vez sin hacer nada le da a la otra persona y a los testigos permiso de seguir siendo abusivos en el futuro. Quedarse callados puede enviar el mensaje equivocado: “Todo está bien, no me di cuenta o tengo miedo de defenderme”.

Y aquí las herramientas son la cortesía y la gratitud, resalta Díaz. “Lo que podemos hacer es agradecer por el comentario. ‘Gracias por tu observación, gracias por tus palabras’, y dejar el tema ahí, y continuar con otro que sea de nuestro interés”. No es conveniente ahondar en la ofensa y ser polémicos; aunque la persona no haya sido prudente, se puede mantener la armonía.

Gallo, por su parte, ofrece una lista basada en investigación de maneras de cuidar de uno mismo en este tipo de ambientes.

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Hospitalidad ¿en el trabajo?

  1. Empiece por usted. Es normal que una frase agresiva le duela, examine sus emociones. ¿Tiene enojo, tristeza o decepción? No se culpe por sentir, no se lo está imaginando. Según la neurociencia, la vergüenza y el rechazo pueden doler de una manera similar al sufrimiento físico.
  2. Recuerde que lo grosero es relativo. Si no entiende cuál era el mensaje o las intenciones de la persona, use la empatía para analizar esa conducta, incluso si no la conoce bien. Tal vez se sentía mal, estaba pasando por un momento complicado o simplemente no se dio cuenta.
  3. Si es alguien muy conocido, piense si acepta la retroalimentación, si es capaz de reflexionar sobre sus actos, o si se sentirá acusado y reaccionará con más agresividad.
  4. Calcule el riesgo de contestar, no para quedarse callado, sino para tener respaldo. Puede ser la política de su empresa acerca de la resolución de conflictos o del flujo de la comunicación. ¿Quién es el encargado de la dinámica entre el personal, quién podría darle asesoría o apoyarlo? Gallo sugiere que si realmente le preocupa lo que pasó, hable con un líder, pues ellos tienen la responsabilidad (a veces legal) de que nadie se sienta amenazado en el trabajo.
  5. Si decide que es necesario confrontar, hágalo en un espacio en el que usted se sienta seguro y a salvo, pero no en presencia directa de los demás. Use frases como “Me sentí herido por tu comentario, puede que no haya sido tu intención, pero eso dolió”. “Es irrespetuoso decirle a la gente que su idea no sirve”. “Ese comentario no ayuda a ninguno de nosotros”. Evite acusar. Haga preguntas, cerciórese de lo que el otro quiso decir, permítame repensar sus palabras. “Cuál era tu intención, qué quisiste decir?”.
  6. Si lo acusan de ser hipersensible o de estar a la defensiva, deje en claro de qué manera fue afectado. “Tu comentario, aunque no lo hayas querido así, me hizo sentir que no me respetas”. (F)