En 1483, dos jóvenes príncipes, hijos del rey Eduardo IV, desaparecieron en la Torre de Londres, dando origen a un gran misterio de la historia inglesa. Más de cinco siglos después, la teoría de que fueron asesinados por su tío Ricardo III sigue siendo controvertida.

Casi 200 años después de su desaparición, se descubrieron dos pequeños esqueletos en una caja de madera en la famosa fortaleza, y fueron enterrados en la abadía de Westminster.

Estos restos fueron entonces atribuidos, sin que pudiera ser confirmado, a los hijos del rey Eduardo IV de Inglaterra, que eran Eduardo, de 12 años, heredero al trono, y Ricardo, de 9, quienes habrían sido asesinados por orden de su tío, y hermano de Eduardo IV, Ricardo.

Publicidad

William Shakespeare inmortalizó a este último en su obra “Ricardo III”, describiéndolo como un jorobado astuto que se deshizo de sus sobrinos para apoderarse del trono.

Pero la autora británica Philippa Langley, que contribuyó al descubrimiento del cuerpo de Ricardo III en un estacionamiento de Leicester, en el centro de Inglaterra, en 2012, presenta la teoría de que los príncipes habrían sobrevivido.

Langley está convencida de que la hipótesis de que Ricardo mandó asesinarlos es una versión de la historia “escrita por los vencedores”.

Publicidad

Un artículo publicado en 2015 con motivo del entierro de Ricardo III en la catedral de Leicester, que cuestionaba el hecho de honrar a un “asesino de niños”, aumentó su deseo de profundizar más.

Siempre he tenido la sensación de que esta historia se desarrolló bajo el reinado de los Tudor”, explica a la AFP.

Publicidad

En su opinión, esa versión fue repetida “muchas veces” hasta convertirse en “una verdad aceptada como un hecho”.

(ARCHIVO) Yeoman Warder Ravenmaster Chris Skaife posa para un retrato en la Torre de Londres en el centro de Londres el 12 de octubre de 2020. Foto: AFP

“Red de espías”

Ricardo III reinó desde 1483 hasta su muerte violenta en la batalla de Bosworth, cerca de Leicester, en 1485, a los 32 años.

Esta batalla marcó el último gran enfrentamiento de la Guerra de las Dos Rosas, que oponía a dos ramas de la casa de Plantagenet, y cambió radicalmente el curso de la historia inglesa.

La dinastía Tudor, liderada por Enrique VII, se apoderó del trono a expensas de la casa York de Ricardo III.

Publicidad

Para Philippa Langley, Enrique VII, “muy inteligente, pero desconfiado y paranoico”, es el origen de la teoría que convirtió a Ricardo en asesino de los príncipes.

“Tenía una vasta red de espías y podía controlar el relato”, dice Langley.

Philippa Langley decidió retomar el caso de los Príncipes de la Torre de Londres adoptando un enfoque digno de las investigaciones criminales modernas.

Solicitó consejos metodológicos a especialistas en investigación, incluidos policías y abogados.

“Me dijeron: ‘Si no tienes cuerpos formalmente identificados, se trata de un caso de desaparición. Y debes tratar la investigación como tal’”, relata Langley.

Cuando pidió ayuda a voluntarios para explorar los archivos, se vio inundada de respuestas de ciudadanos comunes e historiadores.

Una fotografía sin fecha publicada el 4 de febrero de 2013 por la Universidad de Leicester muestra el esqueleto del rey Ricardo III encontrado en el sitio de excavación de la Iglesia Grey Friars en Leicester. Foto: AFP

Rebelión

Este trabajo colectivo dio lugar al “Proyecto de los príncipes desaparecidos”, de diez años que, afirma ella, ha sacado a la luz “numerosas pruebas” de la supervivencia de los príncipes.

Para Langley, corresponde a los detractores de Ricardo III demostrar que los dos jóvenes príncipes murieron en la Torre de Londres.

“No se puede seguir afirmando que Ricardo III los asesinó”, sostiene,apoyando su convicción en documentos que hacen referencia a un apoyo a una rebelión en 1487 liderada por un “hijo de Eduardo IV”.

Esta rebelión está históricamente asociada a Lambert Simnel, un pretendiente al trono que fue coronado en Dublín tras la muerte de Ricardo III.

Sin embargo, según nuevas fuentes descubiertas por el equipo de Langley, Lambert Simnel era calificado como “hijo del rey Eduardo”. Para la autora, se trataría del príncipe Eduardo, hijo mayor de Eduardo IV.

Pero sus conclusiones generan división.

Michael Dobson, director del Instituto Shakespeare en la Universidad de Birmingham, se muestra escéptico.

Es poco probable que Ricardo corriera el riesgo de dejar vivos a esos príncipes. La idea de que desaparecieran por accidente mientras estaban detenidos por orden suya en la Torre me parece muy poco plausible”, afirma.

Casi 550 años después de la muerte de los príncipes, el misterio sigue sin resolverse. (I)