La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha emitido una nueva actualización sobre el asteroide 2024 YR4 que, desde su detección a finales de diciembre de 2024, ha captado la atención de la comunidad científica por su tamaño creciente y la leve posibilidad de colisión con la Luna.
Este cuerpo celeste fue identificado por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), operado desde Chile, y desde entonces ha sido objeto de constante seguimiento por parte del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, así como por expertos internacionales.
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Gracias a nuevas observaciones en el espectro infrarrojo realizadas con el potente Telescopio Espacial James Webb, los científicos han podido precisar mejor las dimensiones del asteroide. Ahora se estima que mide entre 53 y 67 metros de diámetro, similar a la altura de un edificio de diez pisos.
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Esta cifra reduce el margen de respecto al cálculo inicial, que oscilaba entre 40 y 90 metros, basado en datos obtenidos mediante telescopios terrestres. Aunque la probabilidad de que 2024 YR4 colisione con la Tierra ha sido descartada casi por completo, su posible impacto con la Luna ha aumentado.
Según los últimos cálculos, existe un 3,8 % de posibilidad de que el asteroide choque con el satélite natural el 22 de diciembre de 2032, un incremento notable en comparación con el 1,7 % registrado en febrero.
Aun así, la probabilidad de que no ocurra dicho impacto sigue siendo del 96,2 %, y en caso de que se produzca, los expertos aseguran que no alteraría la órbita lunar.
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La NASA ha confirmado que, a partir de mediados de abril, el objeto se alejará demasiado como para ser observado desde la Tierra con telescopios convencionales.
Sin embargo, el telescopio James Webb retomará su monitoreo entre finales de abril y comienzos de mayo, en un esfuerzo por seguir evaluando su trayectoria y características.
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(I)