A pesar de numerosas prohibiciones, miles de indios de las castas más bajas siguen vaciando las letrinas a mano, según informó este lunes la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), que pidió que ni funcionarios locales ni los representantes del Estado defiendan esa práctica.

En el informe presentado hoy por HRW se subraya que este trabajo sucio sigue en manos de las castas más bajas, que por ello son apartadas de la sociedad. El estigma social al que están expuestos les impide encontrar otro trabajo.

Human Rights Watch entrevistó para elaborar este informe a más de 100 personas, la mayoría de ellos "dalits", a los que se les sigue denominando "intocables".

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Las personas que se dedican a limpiar baños sufren a menudo vómitos, enfermedades cutáneas o diarrea. No hay cifras oficiales sobre cuántas personas siguen realizando este trabajo.