Al presidente Rafael Correa le quedan quince días en el cargo hasta que transfiera el mandato a Lenín Moreno, el próximo 24 de mayo.

Ayer, su agenda pública registró varias actividades durante la mañana, entre ellas el tradicional cambio de guardia de los lunes que se realiza en los exteriores de Carondelet.

La ceremonia de ayer fue la antepenúltima a la que Correa asistió en calidad de gobernante desde hace diez años.

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El mandatario empezó su jornada con la inauguración de un parque en Unasur.

En una parte de su discurso reaccionó a un pronunciamiento electoral que el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Eugenio Arellano, hizo hace unos días.

Según Correa, el religioso habría criticado a Alianza PAIS por ser el “partido único”.

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Él le contestó que el movimiento ha ganado ‘todas’ las elecciones en las que ha participado “con el favor del pueblo ecuatoriano”.

Y lamentó que dentro de la Iglesia católica exista un “sector reaccionario”.

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Al mediodía, y después de presenciar el cambio de guardia, Correa recibió el informe sobre la auditoría que se hizo a los tratados bilaterales de inversiones (TBI).

El reporte, que abarcó a 27 TBI, fue elaborado por la Comisión para la Auditoría Integral Ciudadana de los Tratados de Protección Recíproca de Inversiones del Sistema de Arbitraje Internacional en Materia de Inversiones (Caitisa), conformada en el 2013.

El mandatario opinó que los TBI han ‘debilitado’ la soberanía nacional al esconder multimillonarios negocios y causar perjuicios al país. Puso como ejemplo el caso Chevron.

Además, y sin identificar a quién se refería, sostuvo que ya empezaron “las amenazas”.

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“Un arrogante embajadorcillo manifestó que no vendría más inversión extranjera al país. Es la vanidad y prepotencia de los imperios”, declaró en el acto que se desarrolló en el salón Amarillo de Carondelet.

El ministro de Relaciones Exteriores, Guillaume Long, anunció que esta semana el Gobierno propondrá la negociación de un nuevo texto para la protección de inversiones.

Después de esta actividad, el presidente Correa compartió un almuerzo con los trabajadores de los medios públicos.

Se trata de una tradición que ha mantenido durante su mandato con varios sectores, tales como estudiantes, deportistas, artistas, entre otros.

Para hoy el primer mandatario no tiene prevista una agenda pública. (I)