“Hemos ganado más de 300 alcaldías del país de las 335. Han votado 9’340.000 votantes, récord en una elección municipal, a pesar de los llamados de abstención”, dijo este domingo el presidente Nicolás Maduro en un mitin en la Plaza Bolívar de Caracas, donde celebró con sus seguidores el triunfo de las elecciones municipales.

En esta contienda no participaron los principales partidos por oposición, que con antelación habían anunciado su decisión, a la vez que denunciaron irregularidades en el proceso.

Los candidatos del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ganaron casi la totalidad de las alcaldías de las capitales de los 23 estados y Caracas, anunció luego el Consejo Nacional Electoral (CNE) en su primer boletín.

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La vicepresidenta del CNE, Sandra Oblitas, indicó a la prensa que en la consulta hubo una participación de 47,32 % con una asistencia de 9,1 millones de votantes. El poder electoral anunció también que el oficialista Omar Prieto triunfó en la gobernación del petrolero estado Zulia, en cuyas elecciones anteriores (de gobernadores) había ganado la oposición.

A más de retomar el control en Venezuela, Maduro, el actual líder del chavismo, anunció que los partidos de oposición que no participaron en el proceso del domingo no podrán terciar con sus candidatos en las elecciones presidenciales del 2018.

El proceso del domingo estuvo marcado por la poca asistencia de los votantes, según los diferentes reportes.

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Con rostro de desánimo, Víctor Torres, conductor en la ciudad de Maracaibo, cree que votando no resuelve su mayor problema: la hiperinflación, con precios escalando 2.000 % este año, según analistas. “Es imposible vivir así. Estoy decepcionado de los políticos”, dijo Torres a la AFP.

Él fue una de las muestras de la apatía que dominó el domingo la elección de alcaldes en Venezuela, con centros de votación semivacíos. Sin ambiente electoral, las filas cortas eran comunes en colegios de Caracas y ciudades como San Cristóbal, donde en cambio se mantenían las habituales colas de vehículos para cargar gasolina.

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El puesto de sufragio de Maduro, sector capitalino de Catia, también estaba desierto.

Con la ausencia de los principales partidos opositores (Primero Justicia, Voluntad Popular y Acción Democrática) y una crisis económica más fuerte, la jornada era el último test electoral para Maduro antes de las presidenciales del 2018, en las que irá a reelección. Solo unos cuantos opositores compitieron por su cuenta. (I)