Sin darle importancia a los pedidos de los miembros de la Organización Mundial de la Salud y siendo el país más golpeado por la epidemia con más de 128 000 decesos, como si no les importara que los contagios se aceleran, Estados Unidos celebrará su fiesta nacional este fin de semana.

En las últimas 24 horas, alcanzó un nuevo récord diario con 53 000 infecciones de COVID-19, una cifra preocupante en vísperas del fin de semana largo del 4 de julio.

Haciendo oídos sordos a las críticas por su gestión de la crisis, el presidente Donald Trump se dirigía este viernes al Monte Rushmore para una noche de fuegos artificiales, que se espera que reúna a más de 7500 personas.

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En víspera de la fiesta nacional del 4 de julio, el presidente republicano pronunciará un discurso ante el monte de granito donde están esculpidos los rostros de cuatro de sus predecesores históricos, George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.

Trump puede esperar una recepción calurosa en Dakota del Sur, un estado poco poblado que en 2016 votó un 60% a su favor.

Allí la gobernadora, Kristi Noem, se sumó con entusiasmo al evento. "Dijimos a los que tienen aprensión que se pueden quedar en casa", declaró Noem a la cadena Fox News.

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"Para quienes quieren unirse, vamos a distribuir mascarillas gratuitas, si deciden ponerse una. Pero no va a haber distanciamiento social", agregó.

Trump, que desde hace varios días parece ignorar el espectacular repunte de los casos de coronavirus en muchos estados, señaló en un tuit difundido en la noche del jueves que el aumento se debió a que los test realizados en Estados Unidos "son masivos (...) y mucho mejores que en cualquier otro país". "Una noticia aún mejor -agregó- es que las muertes y la tasa de mortalidad están CAYENDO".

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Las pruebas en Estados Unidos han aumentado considerablemente, pero los expertos en salud dicen que en relación a la población el país está por detrás de muchos otros en ese plano y que en todo caso el aumento del número de test no explica completamente el aumento de los contagios.

Trump se ha mostrado exuberante sobre el evento de Rushmore. "Va a ser una velada inolvidable, con fuegos artificiales que pocas personas han visto. Va a ser muy emocionante", afirmó.

"No va a haber distanciamiento"

Randy Seiler, líder demócrata en Dakota del Sur, manifestó en cambio su oposición a estas festividades.

En declaraciones a CNN, dijo que son ofensivas para los nativos indígenas de la zona, que consideran a esa tierra como sagrada, que los fuegos artificiales representan un riesgo de incendio y que el peligro de contagio del coronavirus es real.

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"Es una invitación al desastre", sostuvo.

Será la primera exhibición de fuegos artificiales en este sitio en una década, ya que fueron interrumpidos en 2010 por miedo a los incendios forestales.

Trump se refiere con fascinación a este lugar, esculpido entre 1927 y 1941 en la cadena montañosa de Black Hills. En 2017, incluso llegó a evocar -en broma- la idea de que su rostro sea incluido en la piedra.

"La roca que rodea a los rostros esculpidos no permite más esculturas", explicó a la AFP la portavoz del Servicio de Parques Nacionales, Dana Soehn.

El Proyecto Lincoln, un grupo de republicanos anti Trump, destacó en un video publicado el jueves citas inspiradoras de Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln.

Refiriéndose a Trump, proclamó: "El peor presidente de Estados Unidos no será recordado ni venerado".

En medio de este desalentador escenario, el expresidente Barack Obama aprovechó el fin de semana festivo para alentar a sus compatriotas a extremar los cuidados.

"Vencer este virus requerirá la participación de todos. Use una máscara. Lávese las manos. Y escuche a los expertos, no a los que intentan dividirnos", tuiteó.

Republicanos pro mascarilla

Aunque el equipo de Trump ha defendido el rechazo del presidente a llevar mascarilla indicando que el mandatario y sus colaboradores se hacen pruebas de coronavirus a menudo, otros republicanos aconsejan su uso.

“Pónganse una mascarilla, no es complicado”, dijo el martes a los estadounidenses McConnell, republicano de Kentucky, durante su conferencia de prensa semanal.

La representante republicana Liz Cheney de Wyoming tuiteó la semana pasada una foto de su padre, el exvicepresidente Dick Cheney, con una mascarilla y un sombrero de vaquero. Acompañó la imagen con el texto “Dick Cheney LLEVA UNA MASCARILLA #loshombresdeverdadllevanmascarillas”, una etiqueta que aludía a unas palabras previas de la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Toque de queda en Miami

Varios estados, como California y Florida, cerraron algunas zonas de restaurantes, casinos, cines, bares y playas, y la mayoría de los espectáculos se suspendieron.

En el estado de Maryland, en la zona aledaña de Washington DC, se espera que el complejo de playa esté abierto normalmente durante el fin de semana de vacaciones del 4 de julio, pero se aplicará el distanciamiento social y otras restricciones de COVID-19.

Florida, que registró el jueves un récord diario de 10 000 casos, podría tener pronto problemas para tratar a los enfermos. Como una medida paliativa, el alcalde de Miami, Carlos Giménez, impuso un toque de queda de 22:00 a 06:00 y que comenzará esta noche.

Las playas estarán cerradas durante el fin de semana, cuando se festeja el 4 de julio, el Día de la Independencia de Estados Unidos, explicó el alcalde.

Si esto sigue como en los últimos 14 días por uno o dos meses, "va a llegar a un punto en que los hospitales en el sur de Florida no van a tener camas suficientes", advirtió Carlos Migoya, presidente del mayor grupo de hospitales de Miami, el Jackson Health System. (I)