El ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Gustavo Manrique, no aceptó una entrevista solicitada por este Diario para abordar la problemática de la pesca incidental del tiburón en el país, cuyas exportaciones de sus aletas han aumentado en el 635% desde el 2013 hasta julio del 2021, según los registros aduaneros.

En un comunicado, el equipo de prensa de ese ministerio señaló escuetamente que se han “coordinado acciones conjuntas con otras instituciones públicas, teniendo como meta el cumplimiento de los objetivos del Plan de Acción Nacional para la Conservación y el Manejo de Tiburones de Ecuador (PAT-EC)”. En dicho comunicado, Ambiente no detalló las acciones realizadas ni los resultados obtenidos.

La primera versión del PAT-EC data del año 2006 y su implementación fue establecida como ‘política de Estado’ en 2008, a cargo de los ministerios del Ambiente y Pesca. La actual versión rige para el periodo 2020-2024 y en ella se fijan líneas de tiempo y responsables para las actividades y resultados definidos en el plan.

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Sin embargo, hasta la fecha los dos puntos más relevantes del plan aún están pendientes: la implementación de un sistema automatizado de información pesquera y los inventarios para identificar la distribución de las especies, las poblaciones más amenazadas y los hábitats más vulnerables.

“Se han mantenido mesas de trabajo entre el Ministerio del Ambiente y el Viceministerio de Acuacultura y Pesca, fortaleciendo las capacidades técnicas del personal de cada una de las instituciones vinculadas a la gestión e implementación del PAT-EC”, señala el boletín de prensa del ministerio sin precisar los temas abordados en las mesas de trabajo o sus conclusiones y directrices.

En la última versión del plan, actualizado en 2020, se señala que “el principal aspecto clave que incide negativamente en la implementación del PAT-EC lo constituye la carencia o limitación de recursos económicos”. Para enfrentar este obstáculo, dicho plan propone la creación de un fideicomiso por un monto de $ 44 millones y que se alimente por donaciones de oenegés, aportes de organismos de cooperación bilateral o provenientes de canjes de deuda del Estado.

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Los $ 44 millones, para una ejecución de 4 años, comprenderían la fusión de dos fondos, uno de inversión y otro patrimonial, que permitan la implementación anual del PAT-EC. Los recursos se utilizarían, por ejemplo, para el monitoreo de buques ($350.000) y también para el control de la flota artesanal con la colocación de equipos o sistemas de identificación automática ($12′000.000).

Hasta la fecha, la propuesta no se ha implementado. “No conocemos. La autoridad pesquera es la que ha venido liderando la ejecución del Plan de Acción Tiburón a lo largo de los últimos trece años”, comentó Pablo Guerrero, jefe del área pesquera de la organización ambiental WWF.

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El viceministro de Acuacultura y Pesca, Andrés Arens, comentó sobre este mecanismo de fondo del PAT-EC, pero con otra finalidad.

Un fideicomiso podría ser un excelente instrumento, para que las personas que estén interesadas en la conservación aporten ahí y esto sirva para dar incentivos a los pescadores que tienen interacción sobre estas especies y reducir las capturas incidentales de tiburón.

Andrés Arens, viceministro de Acuacultura y Pesca

En el plan no constan este tipo de incentivos, pero sí programas de educación, equipamiento de laboratorios, dotación de tecnología para el monitoreo, etc. “El PATEC lo debía haber impulsado el Ejecutivo a través del Ministerio del Ambiente, pero no hay mayor impulso”, comenta Gustavo Rodín y agrega que el ministerio del Ambiente “no es un ente de defensa ambiental, no es de ahora, es de siempre, solo tramitan licencias ambientales, es un ente administrativo, no es un ente de protección”. (I)