Martha López dice que ya es el segundo tanquero con agua que compra en dos semanas. Se los están vendiendo en $ 40. Esa cifra es un valor aproximado. Hay barrios donde los venden en $ 30 a otros en $ 50. El precio depende del tamaño del vehículo y del aljibe del comprador.

También depende, y aunque pocos lo dicen, de la demanda; y por estos días es mucha. Martha, quien vive en la avenida 36, centro de Manta, trata de entender aquello. Los dueños de los tanqueros le dicen que los precios no son fijos porque hay días con baja o poca demanda, de eso depende el precio.

Pero lo que ella todavía no termina de comprender es la razón por la que, en estos últimos nueve días, la ciudad no ha tenido agua de manera frecuente.

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“Dicen que es por los apagones, pero siempre nos ha fallado el agua por acá por mi zona. Claro, ahora es peor, llega solo por unas horas, eso nos tiene mal y gastando más plata en tanqueros”, expresa.

‘Llevamos una semana con el agua que va y viene, y ahora el asunto se complica más’: falta de agua se agudiza en Manta con rotura de acueducto

El problema que tiene actualmente Manta, con el agua potable y los apagones, es complejo.

La ciudad no tiene fuentes de agua propia, por lo que deben traer el líquido desde los cantones Rocafuerte y Santa Ana, a 36 y 57 kilómetros, respectivamente.

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Para hacerlo utilizan estaciones de bombeo, ubicadas en diferentes zonas. Tres estaciones traen el agua desde Caza Lagarto en Santa Ana hasta la planta de Colorado en Montecristi y de allí la bombean a Manta. Una planta, El Ceibal, envía el agua desde Rocafuerte.

A estos se suman las subestaciones que hay dentro la ciudad para enviar el agua a las zonas altas y que necesitan energía para que las bombas funcionen.

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El 70 % de Manta está sin agua por rotura de su principal acueducto

Miguel Cevallos, gerente de la Empresa de Agua de Manta, señala que el problema surge porque como las suspensiones eléctricas son sectorizadas, suelen tener energía en una estación, pero no en la otra.

En Manabí, como en otras provincias, las suspensiones son de cuatro horas y por zonas. Iniciaron desde el pasado lunes, debido a una crisis eléctrica que atraviesa el país.

Desde la semana pasada la ciudad solo recibe agua por horas.

“Solo por poner un ejemplo, hoy lunes estamos toda la mañana sin luz en Caza Lagarto, pero tengo energía en la siguiente estación Río de Oro. Al mediodía me llega el servicio en Caza Lagarto, pero me quedo sin energía en Río de Oro. Es decir, no puedo bombear el agua porque las dos estaciones que uso para que el líquido llegue a Manta, tienen horarios de corte distintos. Eso me deja con al menos 12 horas sin funcionar”, expresa.

Algo similar sucede con El Ceibal, aunque allí, el problema fue que el viernes pasado, con el encendido y apagado de las bombas, por las suspensiones eléctricas, el acueducto principal se rompió debido a un cambio de presión.

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Eso dejó al 70 % de la ciudad sin agua potable. Recién el lunes 22 de abril la tubería fue reparada, pero tardó unas 15 horas en llegar el líquido a la zona baja de la ciudad y hasta cinco días para abastecer a la zona alta.

Manta tiene problemas para distribuir agua a los barrios debido a los cortes de luz

Y es aquí donde surge un segundo problema, afirma Cevallos. “Al no tener un bombeo continuo, las redes no se llenan en su totalidad, por lo que el líquido demora aún más en llegar a ciertos barrios, especialmente los altos”, explica.

El funcionario dice que ya solicitaron al Presidente Daniel Noboa, que no se suspenda el servicio eléctrico en las estaciones de bombeo.

A esto se suma el pedido que hicieron al Ministerio de Energía, para que, en caso de que no se puedan suspender los cortes en las estaciones, estos sean ejecutados de manera simultánea en todas y en un horario establecido por la empresa de agua.

“Ya hicimos la petición y estamos esperando una respuesta, porque en realidad el problema se vuelve complejo”, dice.

Manta tiene 58.000 usuarios del servicio de agua potable. Ocupa 90.000 metros cúbicos de agua por día: 60.000 son producidos por El Ceibal y 30.000 en la planta de Colorado que procesa agua de Caza Lagarto y el acueducto La Esperanza.

Desde la semana pasada el líquido llega solo por horas a los barrios. La Empresa de Agua ha sectorizado la distribución y a otras zonas llega con tanqueros.

Bertilde Palma, quien vive en el barrio Las Cumbres, comenta que el problema es grave, pues la mayoría de los días no tienen agua, y tampoco hay energía para encender las bombas en casa.

“Eso nos hace usar baldes, y hasta ollas para usar en la cocina. Es una situación insostenible”, señala. (I)