El domingo de consulta popular no hubo cortes de energía eléctrica y los ecuatorianos tuvieron un respiro a los racionamientos que han llegado a ocho y nueve horas en los últimos días. Este lunes 22 de abril los apagones vuelven y en algunas zonas de Guayaquil y en Quito serán de siete horas.

Es que la producción eléctrica en el país no es suficiente, por el estiaje ha bajado de manera importante la generación hidroeléctrica y la térmica no ha tenido los mantenimientos que le permitan estar al 100 %.

Publicidad

Pese a que las lluvias han regresado, aún no lo han hecho de manera contundente. La generación en horas de la tarde del domingo alcanzó un 72 % proveniente de las centrales hidroeléctricas, según datos del operador nacional de electricidad Cenace. Cuando no existe estiaje ese porcentaje es del 90 %. La central que más ha contribuido a la generación es Coca Codo Sinclair con 46 %. Le sigue Agoyán San Francisco con 9 % y Minas San Francisco con 8 %. En cambio, Mazar y Molino seguían relativamente nulas con un 1 % cada una de generación.

¿Pero cómo llegamos a este punto de tener cortes de entre 7 y 9 horas en los últimos días? ¿Quiénes son los responsables? ¿Hubo sabotaje al interior del propio Gobierno en contubernio con sectores de la oposición política? ¿Y qué se puede hacer en este momento tan delicado?

De acuerdo con los hechos de los últimos días y el análisis de expertos, el tema de los apagones no es nuevo en el país, pero se ha agravado por temas de negligencia de varios gobiernos, de intereses de importadores y por falta de recursos.

En un primer momento, el presidente Daniel Noboa e incluso el secretario de Comunicación, Roberto Izurieta, mencionaron la palabra “sabotaje”. Izurieta dijo que se dejó correr el agua de Mazar y con ello se provocó los extendidos cortes, justo a pocos días de la consulta popular. Lo cierto es que la ahora exministra de Energía, Andrea Arrobo había descartado cortes de luz y hablaba de un buen manejo de embalses. Eso resultó falso.

Publicidad

A ella se le pidió la renuncia y se encargó de esa cartera al ministro de Transporte, Roberto Luque, quien ha indicado que la fuerte sequía, la falta de mantenimiento del parque termoeléctrico, así como inexplicables decisiones de ciertos funcionarios del propio Gobierno, han hecho que no se pueda producir energía eléctrica suficiente.

También anunció las medidas que se están tomando para combatirlos:

  • Se ha convocado a directorios para remover a autoridades de sector eléctrico.
  • Por directorio se aprobó destrabar una resolución para la contratación de generación eléctrica emergente. Esta resolución había estado represada por mucho tiempo, en manos de autoridades del Gobierno.
  • Se han activado entre 35 MW a 40 MW que iría a contribuir a la red eléctrica nacional provenientes de excedentes de autogeneración del sector privado “que inexplicablemente” se había revocado por oficio en febrero pasado.
  • Se ha instalado en tiempo récord una unidad de gas en la estación Pascuales, que se lo iba a hacer en dos o tres semanas, a pesar de estar en una crisis sin precedentes.

Compra de energía emergente

Sobre el tema de la contratación de energía emergente, Luque dijo que al estar en emergencia el sector se permitirá un proceso ágil y disponer de los recursos. Se lo hará sin intermediarios y a precios justos, aseguró.

Boris Abad, doctor en ingeniería en petróleo y gas natural, recuerda que desde 1986 Ecuador tiene crisis energéticas: “Perdí la cuenta de los anuncios de apagones en todos estos años”. Y asegura que este tipo de situaciones son repetitivas desde hace más de 20 y 30 años. Recuerda una caricatura de antaño en la que en un fondo negro solo se veían dos ojitos con irritación y una mano con vela, y todo lo que decía el texto de la caricatura era: “País de Idiotas”. Para Abad dicha caricatura sigue vigente, a pesar de que han pasado tantos años.

Él considera que en Ecuador se han dado una serie de errores en cadena, durante varios gobiernos, que nos han llevado a este punto. Por ejemplo, durante el de Rafael Correa hubo un furor de la construcción de hidroeléctricas, y a pesar de la inversión, igual ha habido un resultado nefasto. COnsidera que los gobiernos de Lenín Moreno y de Guillermo Lasso no hicieron nada. Y que el nuevo Gobierno joven que llegó heredando el problema, puso a personas “incompetentes y con una vanidad espantosa” al frente de la cartera.

Asegura que, por ejemplo, la ministra Arrobo, sin experiencia para enfrentar a un sector tan complejo, seguramente no entendía lo que le decían sus subalternos sobre la situación y tampoco tenía la capacidad para transmitir esos mensajes a su jefe, el presidente Noboa. Esto sin perder de vista que ciertos mandos medios corruptos de los sectores de petróleo y electricidad se mantienen enquistados por años y son “camaleónicos”. Estos están siempre dirigiendo las políticas, cambian de puestos, y permanecen, opina.

Qué pasó con la Ley No Más Apagones

Sobre lo hecho por la actual administración para evitar los apagones, indica que por ejemplo la ley eléctrica conocida como “no más apagones” no ha servido de nada, pues se le concedía la facultad de generación a la empresa privada, pero con una serie de limitaciones y restricciones que no han permitido cumplir el objetivo.

También recuerda que en la transición, mientras salía el gobierno de Lasso y el de Noboa ingresaba -en medio de la crisis energética- el régimen saliente se apuró firmando contratos que fueron inmediatamente cancelados por el Gobierno entrante, como una licitación que se había armado para que las distribuidoras de energía contrataran alguna solución (barcazas o generación térmica en tierra) por 450 MW. Sin embargo, si al gobierno de Noboa le parecía que estos eran opacos, lo lógico era haberlos parado, pero enseguida volverlos a levantar. Pero lo segundo no se hizo.

Para Abad, al momento el Gobierno tendría que tomar medidas urgentes:

  • Aprovechar los dos hidrocarburos que tiene: gas asociado de los campos que absurdamente se quema en mecheros y el fuel oil que se obtiene de la refinación ineficiente de petróleo que se ejecuta en las refinerías del país. Debe entonces permitir el aprovechamiento de ese gas a través del sector privado y, por otro lado, que entren en mantenimiento las plantas que usan fuel oil y buscar plantas alrededor del mundo que funcionen con fuel oil para generación. Solo con la captación de gas asociado, dice se podría generar unos 200 MW y evitar lo que ya se está hablando que es la importación de gas.

En todo caso, asegura que si sigue lloviendo y los embalses se vuelven a llenar, entonces se terminarán los apagones, pero con ello también se olvidará el problema de fondo que es que Ecuador tiene problemas estructurales no resueltos.

Entre tanto, Jorge Luis Hidalgo, analista energético y gerente de Green Power, indica que el problema es que el país tiene un pecado original en el tema eléctrico: “no contabilizamos para las tarifas eléctricas el costo de amortización de inversiones”. En este sentido, el Estado no ha recuperado sus inversiones, no tiene retorno ni plan de expansión. Para cubrir la nueva demanda debe hacer nuevas inversiones y no tiene recursos.

Recuerda que la ex ministra de Industrias, Eva García, promovió que se dé mayor subsidio a las industrias y mientras ya existía este déficit. De esta manera se amplió más el hueco, pues no se cobraba un valor para mantenimiento. Para Hidalgo esto generó un hueco de al menos $ 600 millones.

Importación de energía desde Colombia

Ese subsidio tampoco fue cubierto por el Ministerio de Economía y Finanzas. Por ello tenemos al momento un parque termoeléctrico al que no se le ha hecho mantenimiento. La expansión de la demanda se la cubrió con importación excesiva desde Colombia, lo que nos ha costado $ 288 millones. Colombia nos vendió energía entre 21 centavos y hasta 64 centavos. A este gasto hay que sumar unos $ 200 millones de importación de diésel.

En resumen, unos $ 1.000 millones le han costado al sector eléctrico las malas decisiones de los últimos gobiernos. En este sentido, considera que la solución real viene por varias vías:

  1. Eliminar el subsidio a las mineras
  2. Mejorar recaudación
  3. Centrarse en hacer mantenimientos al parque térmico

Para Hidalgo, no se le puede culpar al Gobierno de lo que ha pasado con los apagones, pero sí a ciertos funcionarios que -por ejemplo- no permitieron que continúe el proceso de Campo Amistad ni han empezado uno nuevo. Es que si se hubiese puesto en marcha una optimización de la producción de gas se podría tener a Termogás Machala generando mayor energía al menos por 200 MW.

Explica que lo que deberían hacer ahora las autoridades es contratar la energía emergente, pero a la par bajar las pérdidas negras. Lo lamentable -dice- es que el sector eléctrico está quebrado. (I)