El presidente Guillermo Lasso firmó este martes un decreto en el que establece la implementación de un biocorredor amazónico, un modelo de gestión para aplicar política pública que permita la gobernanza y gestión sostenible de la biodiversidad y el agua de la Amazonía ecuatoriana.

“Seguimos empeñados en tener un país enfocado en la conservación del ambiente. La definición de este biocorredor es parte de una política de Estado, que se relaciona con otras medidas que hemos tomado y ubican al Ecuador como un ejemplo a seguir en la protección de la naturaleza”, dijo el primer mandatario sobre esta iniciativa que beneficiará a Sucumbíos, Orellana, Napo, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe.

La disposición presidencial ordena al Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate) que establezca el diseño y el funcionamiento del biocorredor amazónico. Asimismo, la entidad determinará un mecanismo financiero que generará recursos económicos en beneficio de la población local.

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Lasso indicó que la iniciativa es pionera al integrar en el modelo a las áreas protegidas, al cambio climático, a la sostenibilidad ambiental y social, a la bioeconomía y al mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos y nacionalidades indígenas de la Amazonía.

La propuesta también es posible gracias al aporte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía (Confenaie) y a la organización The Nature Conservacy, que brindó asistencia técnica para la construcción de la propuesta.

Para la vicepresidenta de la Confenaie, Lolita Piaguaje, los pueblos y nacionalidades de la Amazonía son los cuidadores del bosque, la riqueza y biodiversidad. Y frente al impacto del cambio climático, junto al Estado, al Maate y organizaciones aliadas diseñan un modelo justo y equitativo para esta zona y sus pobladores.

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El biocorredor amazónico corresponde geográficamente al área de la cuenca amazónica que comprende el recorrido de los ríos Napo, Pastaza y Santiago. Según explicó el presidente Lasso, en esta zona “se logrará que dos millones de hectáreas de territorio -agua y bosque- se incluyan en nuevos esquemas de conservación; añadiéndolas a los 4,6 millones de hectáreas que ya están bajo un mecanismo similar y cuyo manejo será fortalecido”.

También se seguirá protegiendo la biodiversidad de los 18.000 kilómetros de ríos y especies que coexisten en ese entorno. Otro elemento importante, aseguró Lasso, es la defensa de los territorios indígenas conformados por 11 nacionalidades y en donde viven cerca de 200.000 habitantes.

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Es una zona tan rica y tan frágil que es fundamental cuidar los saberes ancestrales, la naturaleza, la fauna y la flora. Y, al mismo tiempo, mejorar las condiciones de vida de sus pobladores con el impulso de la bioeconomía”, dijo.

Por su parte, el ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, José Antonio Dávalos, sostuvo que la Amazonía es un ecosistema vital, ya que representa cerca del 46 % del territorio nacional; por esta razón el biocorredor amazónico también será el camino para que desde la entidad se extiendan programas de conservación. (I)