Las prisiones, la Policía y el Ejército son las tres instituciones de seguridad que deberían contener la violencia desenfrenada en Ecuador, pero que se ven afectadas por la falta de presupuesto público y la corrupción. Así lo señala un reporte de InSight Crime, una fundación dedicada al estudio y a la investigación de la seguridad en América Latina y el Caribe.

“Ecuador es víctima de su sitio en América Latina, entre dos de los grandes productores de cocaína en el mundo. Al norte, Colombia y al sur, Perú. Se ha convertido en uno de los países de tránsito de cocaína hacia Estados Unidos y Europa”, explica Jeremy McDermott, director ejecutivo y cofundador de InSight Crime, en una entrevista en el programa Así amaneció, transmitido por Radio City (89.3FM en Guayaquil).

Según McDermott, cuando el narcotráfico llega a un país, empieza a penetrar no solo en elementos del Estado, sino en la sociedad civil, con herramientas de violencia y corrupción. Por eso, la lucha contra los grupos de crimen organizado que manejan el tráfico de drogas en Ecuador debe ser parte de un plan gubernamental.

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“Las amenazas que representan para la seguridad ciudadana y la seguridad nacional son variadas. El papel del Gobierno ecuatoriano es desarrollar una estrategia detallada y a largo plazo para contrarrestar estas numerosas amenazas”, indicó el experto.

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¿Son el Ejército, la Policía y las prisiones de Ecuador irreformables?

McDermott no cree que ninguna de estas instituciones sea irreformable, aunque atraviesan una crisis que podría agudizarse antes de aliviarse. Este es el caso de las prisiones, donde cohabitan varias pandillas carcelarias.

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Cárceles

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“Entre enero de 2020 y julio de 2023, murieron cerca de 500 presos en una serie de masacres brutales y coordinadas”, dice el informe de InSight Crime, publicado el 5 de septiembre.

Sin embargo, McDermott no cree que que la solución sea una medida de largo plazo como los encarcelamientos masivos de El Salvador. Él prioriza la rehabilitación sobre la represión en los prisioneros, pues muchas de las estructuras criminales de América Latina nacieron en la cárcel.

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“Cuando las autoridades tienen poco control sobre las prisiones, cuando el objetivo es la represión y no la rehabilitación, cuando las condiciones son brutales, se crea el caldo de cultivo perfecto para el crecimiento y fortalecimiento de la delincuencia organizada”, comentó en la entrevista radial.

Policía

En el caso de la Policía como institución, InSight Crime recoge que en el 2022 el 75 % de la población ecuatoriana sentía recelo hacia este grupo.

Esto se debe, según el análisis, a la corrupción policial y a la falta de presupuesto asignado a esta entidad. El mismo portal estadounidense informó sobre organizaciones criminales que vendían o robaban armas de uso exclusivo de la policía y el ejército en números cada vez mayores.

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La Policía es el primer cuerpo del Estado en el que intentan interferir los grupos delincuenciales para tomar el control de un país, cree McDermott.

Ejército

“Con la aceleración de la violencia, [Guillermo] Lasso recurrió al Ejército para enfrentar a las bandas criminales, con poco éxito hasta el momento”, se lee en el reporte de InSight Crime.

El análisis incluye a esta institución como uno de los organismos infectados por la corrupción y menciona que su despliegue en las calles del Ecuador ha sido una táctica controvertida en el gobierno de Lasso. (I)