De a poco, pero no totalmente, se diluye el temor entre los cañicultores. En la última zafra del 2023, un nuevo producto reemplazó al glifosato, un herbicida que por unos cuarenta años han utilizado los ingenios como madurante de la caña de azúcar en las plantaciones del país.

Lo aplicaban dos meses antes de la cosecha. Los agricultores se ponían nerviosos cuando llegaba el día en que los industriales ponían a prueba los niveles de sacarosa o endulzante de aquel tallo leñoso del que proviene el azúcar que consumen millones de ecuatorianos.

Publicidad

Con un equipo llamado polarímetro medían la caña para comprobar si la concentración de sacarosa llegaba a 13 grados. Si la medida era menor a 13, el cañicultor recibía como castigo un precio menor al pactado, le rechazaban el producto o, entonces, como ‘sugerencia’ le pedían que acepte la fumigación aérea de sus cultivos con glifosato, un agroquímico clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como ‘probablemente cancerígeno’.

Nueva decisión judicial reestablece el precio oficial de la tonelada de caña de azúcar en $ 35,05, el alza que originalmente dispuso el MAG en 2022

Las fumigaciones con glifosato formaban parte de la programación de las industrias azucareras, aunque la decisión final la tomaban –y pagaban- los agricultores. “Los ingenios hacen el rociado con avioneta para que se produzca el efecto de maduración de la planta. No la mata sino que la madura; si pone dosis elevada, ahí sí la mata”, comentó en enero del 2021 Alberto López, presidente de la Asociación de Productores de Caña de Azúcar de Milagro, Apcam.

A él mismo le fumigaron sus cultivos en la zafra de ese año luego de medir su caña y comprobar que tenía menos de 13 grados. “Es política de los ingenios”, le dijeron entonces a López, un dirigente que agrupa a 450 agricultores y que estaba preocupado por aquellas aspersiones: “cuando fumigan recuerde que fumigan nuestra casa, nuestras plantaciones, los que vivimos en el campo somos los productores. El uso del madurante (glifosato) afecta a las comunidades”. Por su preocupación, en octubre del 2020, en un documento dirigido al entonces presidente Lenín Moreno y varios ministros, los cañicultores denunciaron el uso del glifosato como madurante de la caña.

Este potente agroquímico, de aspecto claro, color amarillo naranja y con un ligero mal olor, se utilizaba sin la autorización de la Agencia de Control Fito y Zoo Sanitario, Agrocalidad. “Definitivamente es un mal uso, va contra las buenas prácticas agropecuarias”, comentó en 2021 Rommel Betancourt, funcionario del área de Inocuidad de los Alimentos, de esta institución. No obstante, Betancourt señaló que la ciencia recomienda su uso como herbicida ‘con dosis determinadas, en cultivos determinados y para plagas determinadas’.

Publicidad

Acercamientos entre cañicultores e ingenios buscan llegar a un acuerdo sobre el precio de la caña de azúcar

Hoy el panorama –asegura Alberto López- ha cambiado. En la zafra pasada el ingenio Valdez, al que le vende su producto, ya no aplicó el glifosato como madurante en sus sembríos. “Nos pusimos de acuerdo con el ingenio Valdez para que dejen de usar glifosato, porque teníamos problemas los productores con la caña, se deterioraba la calidad de los canteros. Recién el año pasado dejaron de usarlo, estuvimos batallando hasta que logramos que se introduzca una alternativa”, contó el dirigente al explicar que un cantero es el terreno donde crece la caña de azúcar, un terreno que reduce su vida útil de cinco a uno o dos años cuando se usa glifosato.

Conseguimos como asociación que cambien el madurante, porque era un riesgo para la salud. Nosotros sabemos que muchos productos agrícolas utilizan pequeñas dosis de glifosato como madurante, productos y verduras, era una práctica antigua, pero hemos presionado para que no se haga. La tendencia es usar productos orgánicos

Alberto López, dirigente cañicultor.

El también dirigente Guido Arteaga se siente más tranquilo desde que en sus cultivos ya no se aplica glifosato. “Ya glifosato no están usando, ahora están usando un producto menos nocivo. A mí me dicen ‘vamos a fumigar’ y mandan el dron y fumigan”, comentó este agricultor al quejarse porque en el país se permite el uso de químicos prohibidos en otros países: “Aquí en Ecuador usamos todas esas toxicidades, no hay un control”.

Si temporal no mejora y la zafra no se regula, ingenios azucareros continuarán importando azúcar blanca para cubrir déficits de producción y abastecer mercado interno

El nuevo producto que ha reemplazado al glifosato, dicen los dos dirigentes cañicultores, se llama Moddus, y contiene el compuesto Trinexapac, un químico que regula el crecimiento de la caña y que –según los agricultores- sería ‘amigable’ con el medio ambiente.

En el listado de plaguicidas y productos agrícolas registrados por Agrocalidad, con corte a diciembre de 2022, no consta el madurante nuevo Moddus, ni su componente Trinexapac. En cambio sí hay 133 productos que contienen glifosato para uso como herbicida, 90 de estos productos se encuentran vigentes para su comercialización.

Los cultivos de Gabriela Asam fueron fumigados con Moddus en la zafra del 2023. Ella cree que por eso la concentración de sacarosa en la planta no fue la ideal. “Estuvimos bajos, seguramente el glifosato actúa mejor, pero claro que es más contaminante”, comentó la agricultora que siembra caña en 500 hectáreas en las zonas de Milagro y Naranjito, en Guayas, y en Mata de Cacao, en Los Ríos.

En cambio, Pablo Jerves dice que “no puede certificar” que en sus 135 hectáreas de cultivo de caña en La Troncal (Cañar) hayan usado Moddus en la zafra de 2023. “Generalmente ha sido de uso regular el glifosato, que está prohibido en otros lados, pero que supuestamente las trazas que se pegan en el azúcar son mínimas y no dañan la salud”, dice este agricultor al pedir que Agrocalidad analice la caña de azúcar, “porque podrían haber trazas de residuos de glifosato en el azúcar que consumimos”. (I)

De la caña de azúcar se obtiene este endulzante que consumen millones de ecuatorianos. Seis industrias la procesan en el país.

Nuevo madurante también se aplicó en cultivos de otras provincias

En cultivos de caña de otras provincias, como Los Ríos, Cañar, Ibarra y Loja, algunos ingenios azucareros también reemplazaron el uso del glifosato por el producto moddus para madurar las plantaciones en la zafra anterior 2023. Otras empresas, en cambio, no aplicaron ningún químico.

“(El ingenio) San Carlos no utilizó ningún madurante y aun así premiaron, salió bien el tema del dulce. Mientras que La Troncal (Agroazúcar) y Valdez utilizaron moddus, un producto mejor, más amigable con el medioambiente, pero me parece extraño, que aplicaron el madurante con más de 8 semanas y resulta que no tenía el suficiente dulce la caña”, asegura un cañicultor que vende su producción a las tres compañías azucareras más grandes del país.

En plantaciones de Los Ríos y Cañar sí esparcieron el producto moddus en la cosecha de 2023 y el costo ahora fue asumido por los industriales. “No tuve descuento por madurante, pero sí me pusieron. Aunque les he dicho que ya no quiero que me pongan, porque no he visto beneficio”, dice otro agricultor.

Cincae mostró las mejoras en cultivos de caña de azúcar

En cambio, a los cultivos de caña de Víctor Urgilés, en Yaguachi (Guayas), no les colocaron madurante: “Las circunstancias y condiciones entre el clima, el suelo y la edad del cultivo dieron para que no se pueda aplicar”. El uso de madurantes también depende –explican los cañicultores– de la zona en donde está la plantación, la luminosidad, la temperatura y la época de la cosecha.

Los cañicultores que tienen sus tierras en Loja, el ingenio Monterrey tampoco les han colocado ningún producto para madurar sus plantaciones. “El clima de Catamayo es cálido-seco, entonces si llega a esa medida fácilmente a los doce, trece meses ya llega a esos 13 grados pol. Y si no llega, cortan igual la caña, pero el pago es menor”, indica Servio Maldonado, dedicado a este negocio hace más de 20 años.

Aunque hace más de un año, añade Maldonado, el ingenio les notificó que harían una prueba para fumigar un madurante que acelere este proceso y ganar cuatro o cinco grados más, pero –afirma– no lo aplicaron: “Pusieron un poquito en una parcelita de ellos, pero de ahí se fue el avión y no pusieron a los demás. Me imagino que no era necesario o no daba resultados, no sé”. (I)