El volcán Cotopaxi registra una leve señal sísmica en su interior relacionada con la emisión de gases y ceniza dentro del proceso eruptivo de baja intensidad que se inició a finales de octubre, reportó el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional.

El tremor detectado por las estaciones sísmicas que vigilan la actividad del volcán se mantiene desde las 15:00 del miércoles, cuando comenzó asociado a una emisión de una columna de ceniza que alcanzó los 500 metros sobre el cráter, se detalló en un boletín.

El IG detalla que la amplitud de la señal es baja comparada con los pulsos de mayor actividad del actual periodo eruptivo del volcán. En consecuencia, existe una baja probabilidad de caída de ceniza en las zonas aledañas al volcán.

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No obstante, el volcán amaneció nublado este jueves, lo que impide tener visión directa para observar el nivel de esa expulsión de ceniza y gases.

El Cotopaxi se encuentra sobre la cordillera oriental (Real), a una distancia de 35 km al noreste de Latacunga y de 45 km al sureste de Quito. Su edificio forma un cono simétrico con pendientes de hasta 35° y un diámetro basal de ~20 km, mientras que el diámetro del cráter varía entre 800 m en sentido norte-sur y 650 m en sentido este-oeste.

Es considerado uno de los volcanes más peligrosos del mundo debido a la frecuencia de sus erupciones, su estilo eruptivo, su relieve, su cobertura glaciar y por la cantidad de poblaciones potencialmente expuestas a sus amenazas.

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Desde el inicio de la conquista española, el Cotopaxi ha presentado cinco grandes periodos eruptivos: 1532-1534, 1742-1744, 1766-1768, 1853-1854 y 1877-1880.

Dentro de cierto rango, todos los episodios han dado lugar a fenómenos volcánicos muy peligrosos, y no hay duda de que episodios similares se repetirán en el plazo de las décadas, indica el IG.

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La peligrosidad del Cotopaxi radica en que sus erupciones pueden dar lugar a la formación de enormes lahares (flujos de lodo y escombros) que transitarían por drenajes vecinos a zonas densamente pobladas como el valle interandino entre Mulaló y Latacunga y una parte del valle de los Chillos.

Se ha estimado que actualmente más de 300.000 personas viven en zonas amenazadas por lahares en caso de que se repitan erupciones similares a las ocurridas en los siglos XVIII y XIX. Adicionalmente, la caída de ceniza producida durante una erupción del Cotopaxi podría afectar una parte muy significativa de la Sierra y la Costa del Ecuador. (I)