El comandante de las Fuerzas Militares de Colombia Helder Giraldo cree que Adolfo Macías, alias Fito, el capo fugado de una cárcel de Guayaquil que está en el centro de una ola violenta que ha dejado al menos 16 muertos en cinco días, haya entrado en su territorio.

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“Es posible” que Fito haya cruzado a Colombia, dijo este viernes a W Radio, el comandante Giraldo. De la información sobre el líder de Los Choneros también han informado otros medios, como el diario colombiano El Tiempo que asegura que de sus investigaciones se sabe que alias Fito tiene conexiones con las FARC.

“Hay 20 prófugos (de cárceles ecuatorianas) de los cuales estamos muy atentos”, entre ellos Fito, añadió el comandante militar.

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Los militares colombianos también monitorean a Fabricio Colón Pico, líder de la pandilla Los Lobos, que se fugó de prisión luego de que la fiscal general Diana Salazar lo acusara de planificar un atentado en su contra.

De acuerdo al general Giraldo, Los Choneros, liderados por Fito, y otras bandas criminales como Los Tiguerones, que operan en la provincia norteña de Esmeraldas, tienen “una relación estrecha” con grupos armados colombianos como el Frente Oliver Sinisterra, una disidencia de las extintas FARC que opera del lado colombiano.

Desaparecido el 7 de enero

La crisis de violencia empezó el domingo 7 de enero cuando la policía ingresó a la cárcel Regional de Guayaquil y no encontró en su celda a Adolfo Macías, alias Fito, jefe de la principal banda criminal del país conocida como Los Choneros.

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El gobierno desplegó tropas y lanzó una dura ofensiva contra el narco que tuvo una respuesta sangrienta: motines en las cárceles, 175 funcionarios de prisiones tomados como rehenes dentro de las penitenciarías y en las calles, explosiones, vehículos incendiados y disparos.

El lunes 8 de enero el Gobierno del presidente Daniel Noboa Azín declaró un estado de excepción que incluye un toque de queda de seis horas durante la madrugada.

Tras los hechos violentos, entre esos asesinatos a mansalva en las calles de Guayaquil y la toma momentánea del set de TC televisión, el mandatario anunció que en Ecuador se vive un conflicto armado interno y anunció los nombres de 22 grupos narco delictivos, integrados por unos 20.000 miembros, según el Gobierno de Ecuador, operan en el país en alianza con carteles mexicanos y colombianos.

Colombia, vecino de Ecuador y el mayor productor mundial de cocaína, sigue de cerca el declarado “conflicto interno” ecuatoriano que empieza a permear su frontera.

Para Giraldo “existe una alta probabilidad” que la crisis de Ecuador “deteriore las condiciones de seguridad en la frontera con Colombia”, debido al estatus beligerante que otorgó a las bandas el nuevo presidente ecuatoriano, Daniel Noboa.

Prisiones sin control

Ecuador fue durante muchos años un país a salvo del narco, pero se ha ido transformado en un nuevo bastión del tráfico de droga hacia Estados Unidos y Europa con bandas enfrentadas por el control del territorio y unidas en su guerra contra el Estado.

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En los últimos cinco años, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes pasó de 6 a 46 en 2023 y la guerra interna toca fondo como ocurrió en Colombia en el siglo pasado con un ingrediente adicional: las cárceles en llamas.

Los narcos usan las prisiones como oficinas criminales desde donde gestionan el tráfico de droga, ordenan asesinatos, administran los réditos del crimen y pelean a muerte con rivales por el poder.

Envío de 1.500 presos

En medio de la actual crisis Noboa anunció la “repatriación” de 1.500 colombianos presos para mermar el hacinamiento en las cárceles donde hay unas 3.000 personas de más.

Pero la media cayó mal en el gobierno izquierdista de Gustavo Petro que la considera una “expulsión masiva” y problemática pues los presos quedarían en libertad del otro lado de la frontera. La zona limítrofe fue militarizada el miércoles para evitar el paso de criminales.

Ayuda de Estados Unidos

La ola de violencia interna provocó la solidaridad de la comunidad internacional.

Estados Unidos enviará a la jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, y a altos cargos antinarcóticos y diplomáticos a Ecuador para asesorar al presidente Noboa, en el poder desde noviembre.

“Hemos aceptado el apoyo de Argentina, hemos aceptado el apoyo de los Estados Unidos (...) no es momento de por ego o vanidad, decir que no”, dijo el mandatario de 36 años.

“Necesitamos apoyo militar en fuerza de personas, de soldados. Así mismo como asistencia en inteligencia, artillería y equipamiento”, añadió.

Brasil, Colombia, Chile, Venezuela, República Dominicana, España, la Unión Europea, la ONU, entre otros, rechazaron la arremetida narco. Francia y Rusia advirtieron a sus ciudadanos que no viajen a Ecuador.

Tras varios días de confinamiento por el miedo, la actividad en las principales ciudades ha ido reanudándose. La mayoría de los comercios abrieron, el transporte público volvió a circular y solo algunas empresas mantienen el teletrabajo.

El martes la ofensiva del narco mostró su peor cara con un ataque armado a la prensa registrado en vivo y en directo que le dio la vuelta al mundo. (I)