La contaminación auditiva es una preocupación creciente en muchas ciudades del mundo, y Quito no es la excepción. La exposición a niveles de ruido superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una realidad para muchos habitantes de la capital ecuatoriana.

Esta situación no solo afecta la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también tiene implicaciones significativas para la salud física y mental.

Estas son las profesiones más expuestas al ruido en Ecuador

Recientes estudios y mediciones realizadas por GAES, una firma dedicada a la salud auditiva, han identificado varias zonas en Quito donde los niveles de ruido superan los 80 decibeles (dB), el límite de seguridad recomendado por la OMS.

Publicidad

Entre las áreas más afectadas se encuentran:

  • Sector del túnel de Guayasamín (centro): con niveles que oscilan entre 75 y 90 dB.
  • Sector El Portal (norte): con niveles de entre 85 y 90 dB.
  • Sector El Bosque (centro-norte): con niveles de 84 a 88 dB.
  • Sector Quicentro Sur: con un nivel de 89 dB.

La voz del vecino: el ruido no deja vivir a la gente del centro de Guayaquil

Estas cifras son inquietantes, ya que la exposición prolongada a niveles de ruido superiores a 70 dB puede tener efectos perjudiciales para la salud.

Según el Informe Fronteras 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), algunos de los efectos más preocupantes de la contaminación acústica incluyen riesgo cardiovascular y metabólico, pérdida auditiva, trastornos del sueño, estrés y problemas psicológicos.

Publicidad

Érika Morante, audioprotesista de GAES, enfatizó sobre la importancia de comprender los niveles de exposición al ruido y sus efectos potenciales en la salud auditiva.

Entre las recomendaciones de Morante están:

Publicidad

  • Limitar la exposición: Evitar permanecer más de tres horas en lugares con alta contaminación acústica.
  • Uso de protectores auditivos: En ambientes ruidosos, especialmente en zonas comerciales de alta exposición, se recomienda el uso de protectores auditivos.
  • Reducción de fuentes de ruido: Evitar el uso de auriculares en ambientes ruidosos para no sobrecargar el sistema auditivo.
  • Controles auditivos periódicos: Realizar exámenes auditivos periódicos, especialmente si se está expuesto constantemente a contaminación acústica.

El mercado Mayorista, la ‘miniciudad’ comercial ubicada en el sur de Quito

Dolly Ocampo, residente de Carapungo, expresa su frustración por el nivel de ruido en su zona. “Subir al portal o cruzar el redondel que llega al Portal se ha convertido en una zona demasiado estresante, tanto ruido, tantos buses (...). Uno se aturde y no sabe para qué lado coger,” comentó.

Su testimonio refleja una realidad compartida por muchos habitantes de Quito, quienes se ven obligados a lidiar con el estrés diario causado por la contaminación acústica.

Andrea Jaramillo, docente de la Facultad de Ciencias Técnicas de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), destacó la importancia de las normativas para controlar el ruido. “En el Distrito Metropolitano de Quito tenemos una norma técnica que define los límites máximos permitidos para evitar consecuencias nocivas,” explicó.

Palacio de Carondelet, blindado por seguridad, genera recorridos más largos a residentes y aleja a visitantes

Además, mencionó que la OMS define cualquier sonido superior a 65 dB como ruido, subrayando la necesidad de respetar estos límites para proteger la salud pública y la biodiversidad.

Publicidad

La contaminación acústica no solo afecta a los seres humanos. También tiene un impacto significativo en la fauna y la flora.

“El exceso de ruido puede alterar el comportamiento y la comunicación entre los animales, interferir en la búsqueda de alimento, y afectar los procesos reproductivos y migratorios”, expresó Jaramillo.

‘Esta vía está abandonada desde hace años, ningún alcalde quiere hacerse cargo’, rehabilitación de la avenida Galo Plaza demorará dos años

Un ejemplo notable es el cambio en las rutas migratorias de las aves en Quito tras la reubicación del aeropuerto a Tababela, lo que permitió que se volviera a escuchar el canto de las aves en la ciudad.

La contaminación auditiva en Quito es un problema grave que requiere atención urgente. Los altos niveles de ruido en diversas zonas de la ciudad tienen efectos perjudiciales para la salud física y mental de los habitantes, además de afectar la biodiversidad. (I)