Mariana Montero, una madre desesperada, se desenvuelve entre la angustia y la impotencia mientras sigue la búsqueda de su hijo, Lenin Josué Márquez, desaparecido el 5 de agosto de 2023 en la ciudad de Quito.

A pesar de más de ocho meses de búsqueda incesante, no ha surgido ni una sola pista para dar con el paradero de su hijo.

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Lenin tenía una pasión por jugar básquet. Era un deporte que practicaba con frecuencia. Con ese objetivo salió de su casa ubicada cerca del puente 3, en el valle de los Chillos, sin embargo, no regresó a su casa.

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En una entrevista con EL UNIVERSO, Mariana Montero, compartió la dolorosa realidad de su situación. Dijo que desde el día en que Lenin desapareció, las autoridades, incluyendo la Fiscalía y el agente de Policía a cargo del caso, han estado trabajando arduamente para encontrar cualquier indicio que pueda arrojar luz sobre su paradero. Sin embargo, hasta ahora, todas las investigaciones y esfuerzos han sido en vano.

Se han realizado diversas acciones, como búsquedas activas y la colaboración con la Interpol para expandir la búsqueda a nivel internacional, pero ninguna ha dado resultados tangibles.

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Mariana explicó que incluso la revisión de cámaras de seguridad en lugares clave de la ciudad, como el Puente 3 y el parque La Carolina, no arrojó ninguna pista sobre el paradero de su hijo. La falta de infraestructura de vigilancia en estos lugares ha complicado aún más la búsqueda, dejando a la familia sin respuestas.

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A pesar de la falta de avances en la investigación, Mariana mantiene viva la esperanza y la fe en que su hijo sea encontrado.

“Lo único que pido es a Dios que, en su infinita bondad, nos guíe el camino para encontrarle, sea vivo, sea muerto, yo ya acepto esa realidad, pero la impotencia es no saber qué pasó con él”, expresó entre el llanto que entrecortaba su voz.

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Cuando se le preguntó sobre el apoyo recibido de organizaciones dedicadas a la búsqueda de personas desaparecidas, Mariana compartió que algunas se habían comunicado con ella al principio de la desaparición de Lenin.

Sin embargo, el apoyo que ofrecían no satisfacía completamente sus necesidades, ya que se centraba principalmente en realizar protestas y manifestaciones en lugar de brindar orientación práctica sobre cómo proceder en la búsqueda.

En cuanto a posibles contactos o llamadas relacionadas con la desaparición de Lenin, Mariana mencionó que no recibió ninguna comunicación significativa. Aunque hubo algunas llamadas sospechosas después de la desaparición, provenientes de la cárcel y otros países, no se obtuvieron resultados concretos de estas interacciones.

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La familia de Mariana, compuesta por su esposo y su otro hijo, también está atravesando este difícil momento. Aunque se mantienen en silencio, la lucha incansable de Mariana los inspira a seguir adelante. Su determinación para no rendirse y continuar buscando respuestas ha movilizado a muchas personas que han brindado su apoyo y solidaridad durante estos meses.

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A pesar de las dificultades y la falta de progreso en la investigación, Mariana se niega a rendirse.

“A pesar de que el psicólogo me aconseja que ya no lo haga, que haga otras cosas, no puedo. Yo como mamá, mientras no sepa qué pasó con mi Lenin, nunca me rendiré a seguir adelante, a seguir publicando, a hacer lo que esté a mi alcance y seguir pidiendo a las autoridades porque el caso no se cierre”, enfatizó.

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La madre aseguró que continuará haciendo todo lo posible para mantener viva la búsqueda de su hijo, utilizando los medios de comunicación y recurriendo a las autoridades en busca de justicia y respuestas.

Su historia es un recordatorio desgarrador de la realidad que enfrentan muchas familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos en Ecuador, una lucha marcada por la incertidumbre, el dolor y la esperanza perdurable. (I)