‘Unidad del país para salir de los momentos de crisis’: el mensaje de la celebración del Corpus Christi en Quito

Desde las 07:00 de este domingo, 11 de junio, decenas de personas de movimientos católicos se concentraron en el centro de Quito para celebrar el Corpus Christi.

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A lo largo de la calle García Moreno se elaboraron unas cuarenta alfombras usando pétalos de rosas multicolores, aserrín de colores y granos.

Esos elementos fueron colocados encima de lonas que tenían diferentes formas o de plásticos de color negro.

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Johanna Bolaños llegó a las 07:30 al centro de Quito con otros compañeros, quienes forman parte de una congregación religiosa. Estaban elaborando una representación frente al palacio presidencial.

Contó que entre las imágenes para construir estaban un cáliz, el Corazón de Jesús, la Virgen María y el rosario, como una manera de alabar a Jesús.

Por cada alfombra se demoraban entre media hora y una hora.

Comentó que durante la semana ya habían practicado e iban quitando los pétalos a las flores, así como consiguiendo tallos o aserrín, que se lo ha pigmentado.

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Para Sahira Herrera, quien es de la Obra María Madre y Reina de la Unidad, un movimiento católico del Ecuador, la celebración del Cuerpo de Cristo es una fiesta especial porque significa que Jesús se quedó en la tierra en cuerpo y alma, a través de la eucaristía.

Pétalos de rosa y otros materiales, como ramas, estaban utilizando en su alfombra, pues adujo que era un arreglo floral para Jesús.

A las 10:00 se hizo una ceremonia religiosa en la Catedral Metropolitana que fue presidida por el arzobispo de Quito, Alfredo Espinoza.

En el evangelio se hizo referencia al pan vivo y a la sangre de Jesucristo, que llegaron del cielo como dador de vida por la eternidad.

El sacerdote indicó que a los cuatro años se vuelve a celebrar el Corpus Christi en la catedral, esto por la pandemia del coronavirus. Recordó que en 2020 se hizo a puertas cerradas.

Mencionó que hay muchas tradiciones en referencia al cuerpo y sangre de Jesús, que reúnen a miles de personas, hacen salir lágrimas y también que endulzan la vida, en alusión a los tradicionales dulces de Cuenca, que por esta ocasión se los exhibe en las calles de la ciudad.

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Espinoza expresó que comer y beber es para tener y dar vida, pero también hizo una reflexión. “No podemos quedarnos en una celebración muy colorida (...); no podemos quedarnos en contemplar esa belleza de las alfombras de flores (...). Hay algo más: una celebración debe llevar a la vida”, dijo Espinoza en la misa, a la que asistieron cientos de feligreses.

Al final de la ceremonia, pasadas las 11:00, hubo un camino de flores que empezaba al terminar las gradas de salida de la catedral.

Luego, con cánticos y rezos, sacerdotes empezaron a recorrer la calle García Moreno con la imagen del Santísimo, acompañada de una procesión en la que participaron cientos de personas con rumbo a la iglesia de la basílica.

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A ratos la procesión se detuvo, hubo rezos dirigidos por Espinoza y el pedido, por ejemplo, de la unidad del país para salir de los momentos de crisis; mientras que las personas que armaron los arreglos florales los iban limpiando con escobas y ramas, y los colocaban en fundas plásticas para no dejar residuos en la calle. (I)