Tres días después de la muerte de Johana B., estudiante del colegio Mejía de Quito, un establecimiento fiscal, que se ubica en el centro norte de la ciudad, el Ministerio de Educación se pronunció.

La joven de 16 años se habría suicidado.

Según esa cartera de Estado, luego de una indagación preliminar de los hechos, señaló que el 31 de marzo del 2023, el docente tutor reportó al Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) institucional, sobre una presunta agresión a la estudiante por parte de un compañero.

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El DECE recomendó a las autoridades del plantel activar protocolos y organizó una reunión con los padres de familia de la víctima y del estudiante agresor con el objetivo de informarles sobre lo sucedido.

“Lamentablemente, constatamos que no se presentó la denuncia por parte de los padres de familia ni tampoco por la institución educativa. Seguimos investigando sobre este hecho para aplicar la normativa y las sanciones contempladas en la normativa vigente”, mencionó en un comunicado, este domingo, 16 de abril.

En redes sociales, la tía de la chica pidió que se haga justicia. Además cuestionó a profesores que -afirmó- sabiendo que un alumno tiene problemas se quedan sin decir nada y señaló que los colegios están para resguardar la integridad de cada alumno.

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“Colegio Mejía, antes uno de los mejores, pero ahora lleno de delincuencia con profesores que se hacen oídos sordos y causan tragedias irreparables”, fue una de las frases que escribió la mujer, en su cuenta de Facebook.

Hizo críticas además a aquellos jóvenes que sin pensar en las consecuencias realizan acoso escolar.

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El Ministerio de Educación agregó que continuará en una investigación exhaustiva para esclarecer el suceso y los acontecimientos irregulares reportados por las familias, que presuntamente han ocurrido en el interior y alrededor del plantel educativo.

La chica, que perteneció a la banda de guerra, fue despedida con una calle de honor el pasado 13 de abril cuando se hicieron las honras fúnebres. (I)